𝙙𝙤𝙣𝙣𝙚-𝙢𝙤𝙞 𝙟𝙪𝙨𝙩𝙚 𝙪𝙣𝙚 𝙘𝙝𝙖𝙣𝙘𝙚

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Los pasos azotaban el piso de los pasillos, me encontraba en un lindo edificio para firmar unos contratos con una empresa del extranjero.
Feliz y contento me apuraba al encuentro con los negociantes y abogados.

Llegué a la oficina con una sonrisa cálida, abrí la puerta del lugar con delicadeza, al entrar, saludé a todos con gusto, me invitaron a sentarme al lado derecho de la gran mesa, al lado de mi abogado, Shoto Todoroki.

—Es un gusto hacer negocios con usted Joven Might, Nuestra empresa está más que contenta con esta colaboración—

—El gusto es de nosotros Abogado Sero Hanta—

—Siento la tardanza de mi representante, él debe de estar en camino—

En un chasquido, el sonido de la puerta abrir rápidamente se hizo escuchar en la habitación, el sonido rebentador que hacían sus zapatos, casi rompiendo el piso, se hizo presente.
Entró al lugar y saludo, se reverenció en forma de disculpa tras su atraso.

—Siento la tardanza, mis estimados, mi vuelo se atrasó, pueden proseguir—

Izuku, o más bien, El Joven Might se había quedado en completo silencio y casi pasmado, a la persona que tenía en frente no era más y nada menos que Katsuki Bakugo, Su amigo de la infancia y Bully en la secundaria, juraba que no lo vería nunca más, ya que el, en un momento que nadie esperaba, se mudaba de Japón al extranjero.
Su vida ya tenía un nuevo semblante, y el antiguo Izuku había muerto para convertirse en lo que era hoy y él no le arrebataría todo lo que había construido.

—Siento mucho esto, pero no se hará la colaboración con su empresa, no hoy—

-¿Qué?...Izuku, piénsalo mejor, sabes que un negocio con la empresa "Dynamight Companies" que es del extranjero hará que nos vaya aún mejor—

—No hay nada que pensar, Todoroki, es un simple "No"—

El peliverde se reverenció ante los representantes de la empresa del extrajero, "Dynamight Companies". Y se fue del lugar.
Su entusiasmo era tanto que no había podido re calcular el nombre de la empresa, con su apellido paterno, era algo obvio, el elegante empresario que esta detrás de la empresa con su apellido no era nadie más que el.
Lo único que halagó siempre, fue mi apellido, aquel que nombraba a nuestro superheroe favorito de pequeños.

Salí del edifico casi corriendo, realmente era una tortura estar allí con el, no había ni siquiera alcanzado a ver su rostro pero sabía totalmente que si era. Fui al estacionamiento del lugar a regañadientes, maldiciendo el momento en que dijo que "si" a la colab, saque las llaves del coche del pantalón de tela, trate de abrir el auto pero una voz me interrumpió.

—Siempre quisiste uno de esos cacharros viejos—

Izuku se dio la vuelta despacio, volvió a apretar el botón para cerrar el coche y se apoyó en el capó de este.

—Un Rolls-Royce Phatom V, Un clásico, tu igual lo querías—

—Si...pero solo sacaron 30 de ellos, que afortunado, Joven Might—

—Ya!...Pero con esfuerzo todo se gana, Señor Bakugo—

—(...)—

—Firma—

—No tirarás todo mi esfuerzo a la basura—

Izuku se quitó del coche, para entrar en el.

—No lo pienso tirar...solo dame una oportunidad—

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