mi despedida

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- Después de un rato, supe que tenía que dejarla ir.

-  La recosté suavemente en un ataúd que había llenado con las flores de nuestro jardín favorito. Las rosas blancas, los lirios blancos, las flores de jazmín blanco, todas estaban allí, rodeándola con su belleza y su fragancia.

- Mientras la miraba, sentí una tristeza profunda, pero también una sensación de paz. Sabía que ella estaba en un lugar mejor, un lugar donde podría descansar y ser feliz por siempre.

- Le tomé la mano y se la besé suavemente. "Te amo", le dije. "Siempre te amaré".

- Luego, cerré los ojos y recé por ella, por su alma, por su descanso eterno.

- Después, abrí los ojos y miré a mi alrededor.
- El jardín estaba en silencio, solo se escuchaba el sonido de las hojas caer y el susurro del viento. Pero yo sabía que ella estaba allí, conmigo, en ese momento, en ese lugar.

- La enterré en nuestro jardín favorito, bajo un árbol que daba sombra y protección.
- Le puse una lápida con su nombre y una inscripción que decía:
- "Aquí descansa mi amor, mi corazón, mi bellaflor".

- Y luego, me senté a su lado, rodeado de las flores que la rodeaban, y lloré.
-  Lloré por su pérdida, por su ausencia, por el vacío que había dejado en mi vida.

- Pero también lloré de gratitud, por el tiempo que habíamos pasado juntos, por el amor que habíamos compartido, por los recuerdos que siempre tendría de ella.

- Pero también lloré de gratitud, por el tiempo que habíamos pasado juntos, por el amor que habíamos compartido, por los recuerdos que siempre tendría de ella

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- Mientras estaba sentado a su lado, rodeado de las flores que la rodeaban, comencé a recordar todos los momentos que habíamos compartido juntos.
-  Recordé el día que nos conocimos, el día que nos besamos por primera vez, el día que nos dijimos "te amo" por primera vez.

- Recordé nuestras caminatas por el jardín, nuestras conversaciones profundas, nuestras risas y nuestras lágrimas.
- Recordé la forma en que ella me miraba, la forma en que me sonreía, la forma en que me abrazaba.

- Recordé la forma en que ella me hacía sentir, como si fuera el único hombre en el mundo, como si fuera el más afortunado de todos

- . Recordé la forma en que ella me amaba, sin condiciones, sin reservas, sin miedo.

- Y mientras recordaba, sentí una sonrisa en mi rostro, sentí una calma en mi corazón. Sabía que ella siempre estaría conmigo, en mis recuerdos, en mi corazón.

- Después de un rato, me levanté y comencé a caminar por el jardín, rodeado de las flores que nos rodeaban. Me sentí como si estuviera caminando por nuestros recuerdos, como si estuviera reviviendo nuestros momentos juntos.

- Y entonces, vi algo que me hizo detenerme. Vi una flor que había crecido en un lugar donde nunca había crecido antes.
- Era una flor blanca, con pétalos delicados y un aroma suave.

 - Era una flor blanca, con pétalos delicados y un aroma suave

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- Me acerqué a ella y la miré. Y entonces, supe que era un regalo de ella, un regalo de su amor, un regalo de sus recuerdos.
- Me sonreí y la besé suavemente. "Gracias", le dije. "Gracias por todo".

El jardín de nuestro amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora