Culpa

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Satoru se movía con destreza en la cocina, aún era temprano así que preparaba el desayuno con tranquilidad mientras Geto se vestía en la habitación que compartieron la noche anterior.

Una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar cómo durmieron juntos que lo al contrario de lo que en un principio llegó a pensar no se volvió una situación incómoda para ninguno de los dos.

Recordó como observaba el vaivén de los pectorales de Geto al respirar mientras el rojo teñía sus mejillas y como al despertarse con la cara enterrada en su pecho deseó con todas sus fuerzas permanecer así el resto del día.

-Se te queman los huevos- Habló Geto sacando a Gojo de su burbuja mental.

Gojo volvió en sí y apagó la estufa. Nervioso puso los huevos en un plato y evitó la mirada de Geto mientras ponía la mesa. Era ridículo, se sentía como una esposa primeriza en espera de que su esposo le diera el visto bueno. Sí, era la primera vez que le preparaba el desayuno a alguien más que a sí mismo y ese alguien era su querido Geto.

Un desayuno simple pero especial a la vez, era bueno cocinando y sabía lo que a su amigo le gustaba así que no le preocupaba demasiado pero igualmente puso todo su esfuerzo en prepararlo.

Le gustó.

Pensó Satoru mientras veía a Geto saborear un bocado.Esa expresión de satisfacción que se adueñó de su rostro lleno de migas de pan tostado fue el verdadero premio para él.

En la estación de tren.

Shoko llegó al lugar, sorprendiéndose por no ver a sus mejores amigos esperándola como de costumbre pero más sorprendida quedó al verlos bajarse a ambos del mismo tren. Los chicos la buscaron por unos segundos y pronto dieron con su ubicación entre un pequeño bulto de personas. Entre risas nerviosas se fueron acercando a ella mientras evitaban mirarse entre sí, cosa que extrañó más a Shoko ¿Acaso se avergonzaban de haber pasado la noche juntos? Es que era obvio que así fue, el hecho de que ambos bajaran del mismo tren era prueba irrefutable.

-Buen día- dijo ella sin ocultar su sorpresa.

-Buen día- Respondieron ellos al unísono.

-¿Pasa algo?- Preguntó iniciando su caminata hacia la salida de la estación mientras era seguida con la "parejita" feliz.

Ninguno habló y durante todo el trayecto estuvieron así, callados. Ya en la escuela se separaron y cada quien se fue a su respectivo salón.

Shoko aprovechó el instante en que ambos se sentaron para acribillar a Gojo con preguntas.

-¿Pasó algo entre ustedes?- preguntó arqueando una ceja.

-¿Algo?- dijo el albino con tono vacilante.

- Ajá, tú y él ...-

-¡Dios! Claro que no, sólo se quedó a dormir conmigo para evitar a sus padres-

Shoko, quién no estaba enterada de su pequeño problema en el baño de las chicas ahora sí que tenía la boca abierta.

-Cuéntamelo todo Gojo Satoru- Habló con impaciencia y un tono más autoritario.

-Bien pero ahora no, tiene que ser en el receso- Decía mientras abría su libro de texto.

- De acuerdo- ella hizo lo mismo.

A la mitad de la clase Satoru fue llamado para que fuera a la dirección.

¡Mierda! Lo olvidé.

Pensó al salir mientras era observado por los demás alumnos.

Su madre estaba esperando su llegada afuera de la sala del director, que al parecer estaba ocupada porque se encontraba cerrada. La impotente mujer de cabellos blancos le lanzó una mirada fría y un escalofrío recorrió su espalda, se veía molesta.

-Mamá- Comenzó a hablar Satoru pero se vio interrumpido por el crujido de la puerta abriéndose.

Geto y su padre pasaron a través de ella, el muchacho se veía decaído y triste con notables signos de frustración en todo su lenguaje corporal. Verlo así lo hizo sentir muy culpable y era cierto, gracias a él se metieron en problemas ¿Acaso no pudo esconderse en otro lugar? ¿Y por qué se escondió en primer lugar? Bien podía afrontar la situación con madurez y ahora no estarían pasando por eso, Geto no estaría pasando por eso.

-Familia Gojo- Fueron llamados al interior de la oficina del director y se dispusieron a entrar.

- Ayer su hijo junto al joven Geto fue encontrado en uno de los baños femeninos de la institución- Decía aquel hombre ridículamente ofendido pero, ¿Qué se podía esperar de alguien tan "conservador"?

- Como sabrá, eso está estrictamente prohibido y se penaliza con la expulsión pero al ser ambos jóvenes de familias importantes se les fue perdonado- Hizo una pausa para aclarar su garganta- Sin embargo, está en nuestra obligación notificar de esto a sus padres para que tomen medidas disciplinarias ...

Y así siguió durante un buen rato aquel viejo verde, rato que la madre de Gojo se la pasó lanzándole miradas asesinas al príncipe albino mientras que este no podía hacer más que bajar la cabeza avergonzado.

-Vaya, su reacción fue menos violenta- Dijo el director al terminar su para nada pequeña queja.

Gojo y su madre lo miraron extrañados, sin entender a lo que se refería.

-¿Por qué lo dice?- preguntó Satoru con evidente preocupación.

- No es muy ético de mi parte que lo mencione pero el padre del joven Geto lo abofeteó-

Gojo sintió que un peso enorme se instalaba en su pecho al escuchar aquello, era la culpa. Culpa que sentía por meterlo en esa situación, culpa que sentía por no notarlo cuando lo vio tan decaído al salir de la dirección.

Gojo y madre salieron de la dirección en silencio, la mujer ya lo había reprendido bastante allá adentro y parecía no tener ganas de continuar hasta que rompió el silencio.

- Satoru siempre has sido un buen muchacho y espero que así sea siempre- Dijo haciendo énfasis en la pronunciación de la palabra final, como si quisiera dar a entender algo.

Gojo sólo asintió y esperó callado porque sabía que iba a continuar.

- Que sea la última vez que me llamen por algo así, un inconveniente más y te irás a terminar tus estudios al internado de Kioto- amenazó con dureza.

Gojo tragó pesado y asintió asustado, sabía muy bien que su madre hablaba en serio y no estaba para nada sorprendido, las cosas siempre fueron así entre ellos.


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