One || Soshiro Hoshina

𝒞ℯ𝓁ℴ𝓈

Una nube oscura se alzaba en el horizonte mientras el escuadrón se preparaba para enfrentar una nueva amenaza de Kaiju. El aire estaba cargado de tensión y electricidad. (...), subcomandante de la división, observaba el despliegue de las tropas desde una colina elevada, ajustando su mascarilla con determinación. A su lado, el comandante Gen Narumi permanecía con una sonrisa, pero la intensidad en sus ojos reflejaba su enfoque absoluto.

— Subcomandante (...), tus ordenes. — Dijo Narumi sin apartar la vista del campo de batalla. Su tono era amistoso, pero cargado de respeto por la joven lider.

— Dividan los escuadrones dos flancos. Necesitamos contener al Kaiju por ambos lados mientras el equipo de elite lo ataca directamente. — Respondió la chica con una calma calculada que ocultaba su emoción tras la mascarilla— Despleguemos el escuadrón para mantener a raya a los pequeños. No podemos permitir que lleguen a la ciudad.

El joven sonrió, mostrando una leve sonrisa — Nunca me cansaré de tu estilo directo.

Ambos saltaron a la colina, aterrizando con precisión en el terreno devastado. La chica dirigió su equipo con señales rápidas y precisas, cada uno de sus soldados ejecutó la orden sin vacilación. El suelo temblaba cuando de sus pies salio un enorme Kaiju a la distancia. Era una criatura masiva, con su piel como la roca y garras que podían destruir edificios enteros.

— Esto va a ser un buen espectáculo — Comentó Narumi, con su arma en la mira, mientras (...) se adelantaba, usando sus habilidades tácticas para guiar el escuadrón haciendo que ningún área quedara desprotegida. Sus movimientos eran rápidos y eficaces, como si cada paso ya estuviera calculado desde antes. Con cada decisión, mostraba su gran determinación para guardar la calma bajo presión y su liderazgo natural.

El Kaiju la lanzo un ataque mortal, pero Narumi y (...), sincronizados como un equipo lograron esquivarlo mientras contraatacaban. La chica, de manera rapida en su acción, posicionada encima de el lugar más alto que encontró, desenfundó su gran arco listo para lanzar el ataque final, abriendo un camino sin estribos a su capitán, el cual dio el ultimo golpe en el núcleo para terminar con esa peste de mounstro. Al caer la bestia el campo quedo en silencio, solo rotando con el sonido del viento y las respiraciones agitadas de todos.

Narumi desde el suelo con una sonrisa de victoria y orgullo— Si sigues de esa manera me quitaras el puesto.

La chica atrevas de su cubrebocas respondió de manera seria.— Es un trabajo en equipo, comandante.

Desde una distancia prudente, el subcomandante de la tercera división observaba la escena en silencio. Manteniendo una expresión seria, pero internamente luchando contra una serie de emociones. Ver a su (...), tan segura y eficiente al lado de Narumi, compartiendo esa emoción, le provocaban unas punzadas de celos que trataba de sofocar. Y más al ser ese chico de cabello unicolor, a sabiendas que él y su persona eran como el agua y el aceite, ninguno se podía terminar de masticar. Sus manos se apretaron levemente al mango de su katana mientras miraba como los dos hablaban con naturalidad.

Soshiro desvió la vista un momento, exhalando con fuerza. Sabia que (...) estaba asignada al escuadrón uno por su gran determinación y fuerza, y él al tercero. Lo que significaba que, aunque la admirara y amara con todo su ser, no podía interferir en publico con una escena de celos que le quemaban por sus adentros, estaban en el trabajo y tenia que actuar de manera profesional. Sabia que su pareja era alguien hecha y derecha en su profesión, no quería ser un estorbo para ella. Sin embargo, no podía evitar sentir frustración silenciosa al ver lo bien que se llevaban esos dos.

Hoshina cerró sus ojos tratando de apartar esos pensamientos. Ellos hacían un excelente trabajo en batalla, eso era lo importante.

Cuando su amada se despidió de Narumi para supervisar el resto de las tropas, Soshiro se acercó, intentando mantener su postura habitual. Ocultando sus ganas de correr y abrazarla como siempre lo imaginaba. Ahora más que había pasado un largo lapso de tiempo sin ver sus caras.
La miro con una gran sonrisa, y sus ojos se abrieron revelando algo más de lo que sus palabras pretendían.