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Era una silenciosa y oscura noche en la carretera en la cual pasaba un carro negro de vidrios oscuros que conducía con calma. Adentro del vehículo, sentados en la parte trasera, se encontraban dos hombres con varios papeles en sus manos, uno de ellos leyendo todos estos.

— Así que... —El más joven pasaba su mirada por cada una de las fotografías en aquellos documentos, los cuales pertenecían a varios asesinos reconocidos de esos momentos—. ¿Todos estos van a estar a mi encargo? —Su voz era tranquila, algo rasposa y tenía un acento que podía pasar desapercibido facilemente.

Una sonrisa algo siniestra estaba pintada en sus labios la cual apenas se podía mirar por la oscuridad de la noche, lo único que iluminaba en lugar eran las luces del carro en la carretera, más eso era suficiente para el chico que era un experto a leer casi a oscuras con total facilidad.

— Así es. —Asintió suavemente el otro hombre ya algo mayor, el cual era uno de los principales encargados de llevar a cabo de cercaa la misión que estaba en marcha—. El proyecto IARS* se está llevando a cabo, te hemos asignado a la mayoría de los peligrosos, tenemos confianza que puedas con ellos. —La sonrisa del más joven estaba casi que de oreja a oreja por las palabras, sentía ese cosquilleo de peligro que le encantaba.

— ¿Ya se encuentran en la madriguera, o apenas están siendo llevados? —Dejo los papeles de lado, mirando por la ventana mientras veía como la carretera empezaba a quedar de lado y entraban por un pasaje secreto en el bosque, seguro ellos mismos lo habían construido.

— Ya están por llevarlos, llegaremos primero, y también ya hay oficiales esperándonos. —El más joven solo asintió, sus ojos vagando y memorizando sin problemas aquel pasaje por si un día necesitaba salir de aquel bosque, aunque dudaba escapar, a lo mejor por otro inconveniente.

En su mente volvía a repasar casa nombre, la información de ellos y sus técnicas de asesinato, algunas debilidades, el pasado de cada uno de ellos y entre más cosas que le emocionaba poder empezar ya con todo.

Por otro lado, el hombre sentado junto a él se encontraba un tanto nervioso mientras pasaba su grisácea y cansada mirada por la silueta oscura –que se mostraba algo delgado por la ropa oscura y holgada– del chico, el cual desde que entró al auto junto a él no había tenido oportunidad de poder mirar su rostro.
A pesar de estar involucrado en el proyecto IARS no tenía información de él, solo estaba enterado que el líder del plan lo había recomendado para la misión de estar con los más peligrosos, así que tenía que confiar en él para eso.

Y así, después de varios minutos en silencio mientras el más joven repasaba todo mentalmente y el mayor se ponía a pensar si era buena idea todo eso, al final el auto se detuvo.

El chico observo una enorme casa de madera de dos pisos, se veía muy iluminada y espaciosa, también no pasando desapercibido entre algunos árboles notando unos tubos gruesos y altos rodeando la casa a cierta distancia, causando curiosidad en él.

— Recuerda bien, tenemos a doce asesinos llegando en este momento y todos están bajo tu control y cuidado. —El mayor extendió un aparato con un botón giratorio en este—. Esto de aquí es tu seguridad ante cualquier emergencia... —El joven solo arqueó una ceja y lo tomo en sus manos, ladeando su cabeza—. Hemos inyectado un diminuto chip que causa descargas eléctricas a tal punto de una parálisis temporal en todos, solo tienes que girar y apretar el botón. —Los ojos del menor se abrieron un poco más al comprender.

— ¿Funciona bien? —Un leve cosquilleo de emoción burbujea a en su estómago, y aquel tono que no pudo ocultar felicidad con un acento un poco más notable causo un escalofrío en el hombre al distinguir ese acento, más solo guardó silencio.

— Lo han probado recién despertaron, claro que funciona bien. —Se limitó a decir sintiendo como empezaba a sudar frío.

— ¿Y por qué solomhay un botón, si son doce? —Los.dedos del chico jugaban con el botón suavemente, luchando internamente por las ganas de girar y apretar, no sabía si hacía efecto a distancia.

— Bueno, si uno hace algo malo el castigo lo reciben todos por igual. —La boca del más joven se abrió ante la sorpresa que le causó eso, era realmente cruel, le gustaba—. Podría funcionar que al hacer que por uno lo sufran todos, puede que piensenas en sus acciones antes de volver a cometer un error. —

Tenía sentido, le agradaba la idea, era corregir conducta y a la vez métodos de tortura, perfecto para él.

Las miradas de ambos fue captada por unos enormes camiones militares y muchas más patrullas siguiendo estos.

Ya habían llegado.

— Bueno, le deseo suerte joven D- —

— Zayats. —Interrumpió el más joven—. Llámeme Zayats. —Ese acento al decir aquel apodo confirmo sus sospechas de dónde venía ese chico, mirándolo ponerse una máscara de liebre que todo esté tiempo había reposado a su lado, la miro un par de segundos antes de colocarla en su rostro y seguido se colocó el gorro de su suéter—. Y muchas gracias, señor Marlow. —Extendió su mano al mayor, el cual la tomo en un leve apretón.

— Mantente a salvo, comunícate con nosotros si ocupas cualquier cosa y sobre todo, sobrevive. —Sonaba algo preocupado, era un chico tan joven, pero confiaba en que podría salir todo bien.

— Soy un experto en eso. —Sonrió tras la máscara antes de salir, ya se habían encargado de dejar sus cosas en esa casa por la tarde, ahora solo tenía que seguir con su trabajo.

Tenía que enfrentar a esas personas que eran llamadas bestias despiadadas y monstruos sin corazón cara a cara.

Y claro que disfrutaría cada jodido momento sin duda.

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*IARS: por sus siglas en ingles, significa "intervención, evaluación y reincorporación para slashers" (Intervention, assessment and reintegration for slashers).

 ٠  ─ 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐭𝐢𝐜 𝐇𝐨𝐦𝐢𝐜𝐢𝐝𝐞 : slashers x oc!maleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora