Un día intenso Part.1

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(Maratón 1/2)

Hola pequeño confidente.

Acabo de volver de hablar con Samantha. Qué horror te lo juro. La muy me ha pegado una cachetada.

Dejando ese tema atrás... Voy a hablar con ellos. Ya sabes, el Desorden. La peña con la que siempre hemos tenido problemas. Quiero acabar con esto de una vez, pediré disculpas por la parte que me toca e intentaré seguir llevándome bien con todos.

Se que no soy monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Pero no nos hemos dado unos a otros la oportunidad de conocernos bien.

Hoy quiero que todo eso acabe. Pienso decir todo lo que quería desde hace mucho.

Hay que empezar a hablar en vez de callar.

Después te cuento lo que ha pasado. 

Adiós pequeño confidente.

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La pequeña Valeria consiguió armarse de valor. Cogio su móvil y escribió a una chica de aquella peña. A pesar de la vergüenza empezó a escribir el mensaje.

©Aamandda_009

                                           Hola Amanda
Hola Valeria
                                            ¿Oye podría ir ahora a vuestra peña para hablar con vosotros?

Vale, ya estamos aquí, baja.

                                         Enseguida voy.
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Valeria se puso los zapatos algo nerviosa. ¿Será que podrá al fin ser libre como una mariposa? Eso es lo que quería ella, pero a la vez temía volar, pues alguna vez las alas le cortaron para jamás volver a empezar.

Llamó a un buen amigo suyo, cuyo nombre en el historial estaba muy presente. Pues era un amigo fiel, aunque algo ausente.

Sin más que decir le llamo. Y se atrevió a contarle todo dejando atrás su temor.
Temor a ser juzgada, temor a ser encadenada. Pero con ese amigo eso nunca pasaba, pues el era bueno, no como el agua salada.

Pablo, si querido amigo llegó a su casa. Valeria abrió la puerta y como una bala y apresuro a salir.

-¿Va enserio lo que me has contado? Preguntó Pablo alucinando

-Pues claro que es verdad, si no, no te hubiera llamado.

-¿Estás segura?

-Quiero acabar con todo esto de una vez.

Valeria y Pablo empezaron a andar hacia la peña. Con pasos lentos pero firmes. Temerosos pero seguros. Todo era un lío.
Hasta que se vieron en la puerta.

-Toca tu Pablo. Dijo Valeria con el miedo en la garganta

Pablo solo asintió y llamó a la puerta.

Valeria no estaba acostumbrada a enfrentar sus miedos. Mucho menos a hablar. Y le daba pánico expresarse frente a los demás.
Se veían sombras, ya que la puerta estaba algo rota.
Pasaron varios minutos hasta que una cara conocida les abrió.

-Pasar. Dijo junior, un antiguo compañero de clase.
Entraron con vergüenza.
Y Valeria casi se desmaya a ver a tanta gente sentada y mirándola fijamente.

-Valeria, siéntate o pasa aquí al césped. Le ofreció con amabilidad Amanda

Estaban sentados en una zona con césped con sillones. Valeria sintió una punzada en el corazón por la vergüenza.

-No, muchas gracias. Igualmente, esto va a durar poco. Esas palabras salieron sin más, pero era, ciertas, Valeria tenía claro a que iba.

-A ver como empiezo esto. hablo con nervios.

-Pues empezando. Dijo Pablo intentando quitar un poco de tensión.

Todos rieron hasta un punto que Amanda pidió silencio para que Valeria pudiera hablar.

-A ver, vengo a pediros perdón por lo que ha estado pasando estos últimos días. Sé que tube que detener a Samantha, y que no lo hice por temor...

Se atrevió a mencionarla. Y se atrevería a más.

Samantha fue la principal en este problema. Fue quien hizo que Valeri nunca se pudiera relacionar. La autoestima de Valeria ya enterrada estaba, en llamas y casi sin vida. Un Fenix intentando renacer de las cenizas.

-Perdonar por no a ver parado la pelea cuando pude, sé que en parte es mi culpa, por eso os pido perdón.

La miraban con sonrisas, serios, o comprensivos. Pero no era donde Valeria quería llegar.

-Todo por culpa del gobierno tío. De nuevo, Pablo logró quitar tensión a todo, y la verdad estaba funcionando.

Así pasaron el rato. Riéndose y aclarando todo. 

Valeria ya estaba bastante nerviosa, y quería irse por los nervios. Pablo si se sentó en aquellos sillones viejos. Así que Valeria se acercó y hablo con él.

-Pablo, me tengo que ir. 

-Vale, yo me quedo.

Valeria se despidió de todos y se fue.

Le temblaba todo el cuerpo. Y lo único que quería era dormir.

Y así lo hizo.

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