En una tarde soleada en la ciudad, los miembros de "Los Compas" estaban en su estudio, preparando un nuevo video. Mayo, con su característico estilo despreocupado y su habilidad para hacer reír a todos, estaba en medio de una de sus ideas extravagantes. Mientras tanto, Invictor, conocido por su ingenio rápido y su actitud más seria, estaba concentrado en ajustar el equipo de grabación.
—¡Chicos, tengo la mejor idea para nuestro próximo video! —exclamó Mayo, irrumpiendo en la sala con entusiasmo—. Vamos a hacer una competencia de bromas, pero con un giro: cada broma tiene que estar inspirada en una historia romántica clásica.
Invictor levantó una ceja, mirando a Mayo con escepticismo.
—¿En serio, Mayo? ¿Una competencia de bromas románticas? No sé si estoy preparado para eso.
Mayo se acercó a Invictor con una sonrisa juguetona.
—Vamos, Invictor. ¡No seas aguafiestas! Además, será divertido. ¿Y si, de paso, descubres algo nuevo sobre ti mismo?
Invictor frunció el ceño, pero al final se rió.
—Está bien, está bien. Lo haremos a tu manera. Pero si voy a hacer esto, quiero que sea interesante.
Con el plan en marcha, el equipo comenzó a trabajar en sus bromas románticas. La competencia estaba llena de risas, pero algo inesperado comenzó a suceder. Mientras Mayo y Invictor trabajaban juntos para coordinar sus bromas, comenzaron a conocerse mejor. Mayo admiraba la dedicación de Invictor y su habilidad para mantenerse serio incluso en medio del caos. Invictor, por su parte, se sorprendió al descubrir el lado más sensible y considerado de Mayo.
En una de las sesiones de grabación, Mayo decidió ir un paso más allá y creó una broma inspirada en una famosa película romántica. La idea era hacer que Invictor se sintiera especial, pero sin que él se diera cuenta de que la broma estaba dirigida a él. Todo el equipo estaba al tanto, y todos estaban emocionados de ver la reacción de Invictor.
El día de la grabación, Mayo y Invictor estaban en el parque, donde Mayo había preparado una serie de pistas y sorpresas románticas. Invictor comenzó a seguir las pistas, sin saber que Mayo estaba detrás de cada detalle. Finalmente, llegaron a un pequeño rincón del parque decorado con luces y flores, donde Mayo estaba esperando con una sonrisa nerviosa.
—¿Qué es todo esto? —preguntó Invictor, sorprendido.
Mayo se acercó y, con una mezcla de timidez y valentía, dijo:
—Bueno, no es exactamente una broma. Quería hacer algo especial, porque me he dado cuenta de que eres alguien realmente importante para mí. No solo como compañero de trabajo, sino como amigo... y tal vez algo más.
Invictor se quedó en silencio por un momento, luego sonrió con calidez.
—No puedo creer que hayas hecho todo esto. Creo que también he empezado a ver las cosas de una manera diferente. Quizás, justo quizás, me encantaría explorar qué más puede haber entre nosotros.
En ese instante, el parque se llenó de una nueva energía, la de dos personas que estaban comenzando a descubrir algo hermoso entre sí. El resto del equipo observó desde lejos, felices por sus amigos y por el nuevo capítulo que estaba comenzando.
Así, entre bromas y momentos genuinos, Mayo e Invictor comenzaron una nueva historia juntos, una que mezclaba la comedia con la emoción real del amor, demostrando que a veces las mejores sorpresas llegan cuando menos las esperas.
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