Capítulo8

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Aisha

Culpa, lástima, tristeza; eso es lo que siento al estar haciendo esto. Sé que él lo pensó: esta niña con cara de inocente boba, aquel que piense así.

Admito que lo estoy disfrutando. Él es guapo y eso tampoco se le dice que no. ¿Qué más da lo que tenga que hacer para ganarme su confianza? Este plan lo disfrutaré al máximo.

Si tengo que follarlo para llegar al hombre correcto, lo haré una y mil veces porque voy a saber quién es el que me quiere robar mi existencia.

Dos cosas tenía claras: una, que iba a encontrar al culpable de mi secuestro; y dos, que este hombre no va a ser nada amable en el proceso.

La cama era ese lugar donde como quien dice por primera vez otro hombre me estaba viendo desnuda me sentía expuesto, pero su mirada oscura llena de deseos hacía que me olvidará de todo los problemas y solo me concentrará en estos pequeños momentos.

Toma mi cuello con desespero esparciendo besos húmedos asta llegar a mis pechos los lamió asta que mis pezones quedaron erectos se prendió de ellos como un niño de su chupeta son sensaciones nuevas las que estoy experimentado, baja su mano libre llegada asta mi coño acariciando ese botón donde inconscientemente suelta un pequeño gemido liberador a si diría yo que es gemir puedo sentir su enorme erección acariciando unos de mis muslos me prendo a nivel dios y otro gemido sale de mis labios está vez no fue inconsciente, sino que al introducir dos de sus dedos en mi coño joder ese se sintió estar el paraíso tal y como dijo él se detuvo dejando mis partes reclamando más de él se levanta. Encaminado se hacía la ducha quedó embobada mirando su maravillosa espalda y preguntándome por qué paro lo estaba disfrutando al igual que él, porque si no esa enorme erección.

- no te puedo penetrar, pero si te puedo quitar esos deseos insaciables de mí - habla desde el umbral del baño.

- porque no puedes estar conmigo - cuál será el motivo

- quieres que te quite los deseos - asiento como una estúpida - ven - claro que iré después de todo yo quiero.

Uno, dos, tres, cuatro ya perdí la cuenta de cuántas veces han salido pequeños gemidos de mis labios se cinte liberador ya no los tengo que fingir salen naturales ellos son el llamado que quiero más del que no quiero que pare. Lo tenía arrodillado dándome placer como nunca me lo avían dado si tener sus dedos eres estar el paraíso que podría decir de tener prendidos entre mis piernas sentía que el alama abandonaba su lugar y justo en ese instante él para girándome dejándome espaldas a él.

- tu sol no vas a tener un orgasmo nena.

Coloca su miembro entre mis glúteos y la entrada de mi coño, empezó a moverse estaba masturbándose con mis nalgas con sus manos libres tomo uno des mis pechos apretando los la otra se apoderó de mi clítoris, suelta mi pecho sin dejar de masturbarnos toma mi cabello recostándome más así su cuerpo acerca sus labios al glóbulo de mi oreja.

- eres deliciosa pequeña - su voz estaba más ronca delo normal oscurecida agitada llena de placer.

Su embestida se vuelven más toscas y los movimientos de mi clítoris más apresurados, el roce de su miembro en mi entrada las caricias en mi coño y sus gruñidos me estaban llevando nuevamente a esa sensación de como mi alma abandonaba su lugar.Los gemidos eran más demandantes igual que sus embestidas todo se volvía más rápido más fuerte y con sensaciones más atropelladoras. Ese llamado orgasmo que tanto mencionaban lo estaba teniendo en los brazos de un hombre totalmente desconocido. Pero uno que me avía llevada al paraíso. Para recuesta su frente en mi espalda tanto yo como él aviamos acabado llegamos al límite y dígalo mis piernas eran gelatina que en cualquier momento se derrumbaran.

Cadena Perpetua (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora