"El Consejo Estudiantil: Ambición y Rechazo"

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La lucha por el poder en Kōdo Ikusei no solo se limitaba a las competencias académicas y físicas. El Consejo Estudiantil, presidido por Manabu Horikita, era un centro clave de influencia en la academia, y aquellos que formaban parte de él podían inclinar la balanza a su favor. Las reglas no siempre estaban claramente definidas, y tener el control del Consejo ofrecía una ventaja estratégica significativa. Fue por esto que tres estudiantes particularmente ambiciosos decidieron intentar ingresar al Consejo: Katsuragi Kōhei de la Clase A, Ichinose Honami de la Clase B y, como siempre en las sombras, Johan Liebert.

El rumor sobre las vacantes en el Consejo Estudiantil corrió rápidamente, y no tardaron en aparecer los candidatos más obvios. Katsuragi, con su carácter serio y disciplinado, veía en el Consejo una oportunidad para reforzar su posición en la Clase A y equilibrar el poder con Arisu Sakayanagi. Ichinose, con su natural capacidad de liderazgo, también vio una oportunidad para proteger a su clase, la Clase B, mientras que Johan Liebert... sus motivos eran más oscuros. Johan no buscaba poder por sí mismo, sino la capacidad de influir desde dentro y manipular a aquellos que lo rodeaban. Para él, estar en el Consejo Estudiantil sería como sentarse en la cabina de control de un tren en marcha.

La oferta del Consejo Estudiantil

Un día, Manabu Horikita, siempre meticuloso y analítico, decidió reunirse con todos los candidatos en la sala de reuniones del Consejo Estudiantil. Katsuragi, Ichinose y Johan esperaban con expectativas encontradas. Cada uno tenía su propia estrategia en mente, pero todos sabían que convencer a Manabu Horikita no sería tarea fácil.

Manabu, con su habitual actitud fría y objetiva, escuchó los argumentos de cada uno de ellos. Katsuragi presentó su caso con disciplina y lógica, destacando su deseo de contribuir al orden de la academia y asegurarse de que el Consejo Estudiantil se mantuviera firme en su misión de mantener la estructura. Ichinose, por su parte, habló desde el corazón, destacando su deseo de hacer que la academia fuera un lugar más justo para todos los estudiantes, independientemente de su clase. Johan, por último, no se molestó en tratar de impresionar a Manabu con palabras emocionales ni argumentos directos. Su enfoque fue más sutil, proponiendo ser una influencia calmada y estratégica, alguien que podría ser útil para el Consejo desde las sombras.

Sin embargo, después de escuchar a todos, Manabu tomó una decisión inesperada.

—He escuchado sus argumentos, pero después de evaluar a cada uno de ustedes, he decidido rechazar sus candidaturas —dijo Manabu con frialdad—. El Consejo Estudiantil necesita personas que no solo busquen poder, sino que entiendan la importancia del sacrificio por el bien de la academia. Ninguno de ustedes me ha convencido de que esté dispuesto a poner los intereses del Consejo por encima de los suyos.

La noticia cayó como un balde de agua fría sobre Katsuragi e Ichinose. Ambos habían esperado que sus habilidades y reputación los aseguraran un lugar, pero el rechazo de Manabu Horikita fue contundente. Johan, por otro lado, no mostró ninguna emoción visible. Había anticipado esta posibilidad y, para él, este solo era otro obstáculo que podía superar desde las sombras.

Pero lo más sorprendente estaba por venir. En lugar de elegir a alguno de los candidatos más obvios, Manabu Horikita decidió ofrecer dos vacantes a estudiantes completamente inesperados: Patrick Jane y Ayanokōji Kiyotaka.

"Dos mentes brillantes en la academia de la élite"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora