- ¿De verdad vas a hacer el viaje de fin de carrera tú solo? – pregunta con una mueca en su rostro, mirando a su amigo.
- Sí, pesado – asiente Taehyung, rodando los ojos, esa pregunta la ha escuchado demasiadas veces ya – ya hemos ido a Europa en otros viajes, pero no hemos visto nada de la cultura flamenca, y realmente me gustaría aprender de ella.
WooShik asiente, derrotado.
Mientras tanto, el castaño sigue ojeando el gran libro que ha obtenido de la biblioteca nacional de Seúl, con todo lo relacionado con la cultura flamenca en Europa, que se sitúa principalmente en Bélgica, pero los artistas favoritos de Taehyung, son todos provenientes de Austria.
Y no sólo por ellos, otros artistas como Gustav Klimt o el mismísimo Mozart, vienen de ese país y realmente desea ver su arte.
También se muere por conocer la ópera de Viena, una de las más famosas del mundo o incluso los palacios imperiales, todo le interesa y como nadie quiere ir, decide ir solo, total, es como siempre ha estado.
Kim Taehyung, un muchacho de Daegu, residente en Seúl desde que empezó la carrera de historia del arte, es huérfano desde prácticamente un bebé, pues un accidente de tráfico se llevó a sus padres y su dulce abuelita cuidó de él, hasta su triste fallecimiento hace tres largos años.
Por suerte, el tema económico no ha sido un problema para él, entre la pensión de orfandad y la herencia de sus padres, ha podido mantenerse; además de que trabaja en la biblioteca en la que se encuentra en este momento.
Siente en sus venas que este viaje será especial, sabe que algo le espera en él, algo que va a cambiar su vida por completo
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Una maleta pequeña, su libreta de apuntes, sus gafas y ropa cómoda; no necesita nada más. Lleva dos horas sentado en uno de los incómodos asientos de clase turista, pero es que su presupuesto no le ha dado para más.
Bueno, hay algo que siempre lleva y es un pequeño peluche de un tigre, uno que le regaló su querida abuela en el entierro de sus padres.
Harto, decide dar un paseo e ir al baño, ya que está; pues son 12 horas de vuelo hasta Copenhague y aun le quedan 10 de ese tiempo. Suspirando y con el juguetito entre sus dedos, se dirige hasta el pequeño habitáculo, pero cuando está a punto de abrir la puerta, algo sucede.
El avión empieza a zarandearse de forma violeta, haciéndole perder el equilibrio y que caiga irremediablemente.
El miedo opaca todo su cuerpo y las ganas de llorar le absorben; a pesar de no ser su primer viaje en avión, si es el primero que realiza completamente solo y ahora mismo no tiene nadie que le ayude a calmar sus pequeños ataques de pánico, esos que le dan cuando se pone extremadamente nervioso.
Las turbulencias paran y poco a poco su respiración vuelve a tornarse lenta, cuando se da cuenta de que el tigre en sus manos, no está.
- ¿Tete? – pregunta cómo si le escuchara, aterrándose por qué no lo ve cerca de él - ¡Oh no! ¡No se me ha podido perder! – dice para sí mismo, entrando en pánico de nuevo; los ojos le pican, se siente solo sin el peluchito.
