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Una cálida sonrisa gobierna sus labios, incluso puede jurar que los ojos le brillan de una manera especial mientras ve cómo sus dos mejores amigos celebran su boda, aunque el casamiento legal lo hayan hecho en otro país.

Aún recuerda el día que volvieron a encontrarse después del viaje de fin de carrera y la pareja le dijo que en el viaje a Venecia se habían confesado.

Cuatro años después ahí se ve, con Seoojon llorando desconsolado y emocionado a su lado, con la mano entrelazada a la suya y él mismo reteniendo las lágrimas al ver a WooShik y HyungSik regalarse el beso que les da la etapa a una nueva vida juntos. Una pequeña lágrima se escapa de sus orbes, está emocionado también.

- Taehyungie – llama Seoojon, haciendo que este se gire – te quiero mucho.

El mencionado cierra los ojos en el momento en el que su novio se acerca a dejar un lindo beso sobre sus labios; un beso que no le hace sentir absolutamente nada, pero que es mejor que seguir completamente solo.

Frío.

El recuerdo de un contacto helado y dulce, viene a él cada vez que Seoojon le besa, y es capaz de continuarlos solo porque tiene esos pequeños lapsus de memoria, porque sus labios, su piel, son capaces de revivir aquellos momentos que está seguro vivió hace cuatro años.

En ese viaje en el que jamás volvió a ser el mismo.

Y sabe que fue a Viena y que le vivió a él, porque la marca de sus colmillos sigue estando en su piel, en la de su trasero, cada vez que se mira al espejo desnudo y se da la vuelta, Taehyung observa con melancolía cómo el recuerdo de ese hombre vive ahí, cómo se encargó de que no lo olvidase.

Marcándolo, enamorándolo, haciéndole creer que estaba completamente loco.

El año entero en terapia que se pasó después de no saber cómo llegó a Seúl de vuelta, lo pasó acompañado de sus mejores amigos, ahí fue cuando su relación con Seoojon empezó a cambiar, poco a poco hasta que este se confesó.

- Yo también, Seojoonie – sonríe Taehyung, separándose levemente.

Mentiroso.

Es lo que se repite a sí mismo una y otra vez; lo quiere, sí, pero de ninguna forma romántica ni mucho menos. Su corazón hace años que dejó de latir o que se quedó en Viena, no lo tiene claro.

Solo sabe que no volverá a decir su nombre, pues eso será recordarle por completo.

Ambos se levantan a aplaudir cuando los dos amigos se giran hacia la gente y los ven emocionados, solo pudiendo sonreírles, aunque no sea eso lo que realmente desea, solo quiere volver a casa o a la biblioteca, es en el único sitio, que se siente bien.

A pesar de llevar dos años con SeooJon, Taehyung no se decide por irse a vivir con él, algo tiene esa casa que se siente seguro, que sabe que ahí no le pasará nada y dónde puede investigar sin miedo a que su novio le pregunte qué mierda hace.

Por ello, cuando se levanta al día siguiente, lo primero que hace es abrir una de sus múltiples investigaciones, buscando con desesperación una oportunidad de saber algo de él o de ellos de cómo llegaron al mundo o dónde se encuentran, pero un día más, la pena llega a su cuerpo.

Pues no hay absolutamente nada que le lleve al clan de vampiros de Min.

Ha estudiado los casos de las personas con mordidas cómo la suya, solo que están en otros sitios más visibles y todas coinciden, el mismo tipo de colmillo, las mismas situaciones, cómo cuentan que os hicieron enamorarse, para finalmente desaparecer.

Prometiendo vidas eternas, amores puros y robándote el corazón, junto con la sangre.

- ¡Te odio! – grita, desesperado, pues lleva demasiado tiempo así – se me está pasando la vida por tu culpa, cada vez tengo menos tiempo y t-tú... me d-dejaste solo...

Vienna ♡ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora