♡ Capítulo 2 ♡

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C.

A pesar de haber intentado conciliar el sueño toda la noche, aquello había sido imposible para mí. Cada minuto que transcurrió, sólo pude pensar en lo que estaba apunto de hacer a la mañana siguiente y qué tan descabellado sería. Creo que a partir de ahora sólo podré tener pesadillas a causa de ese suceso.

Lamentablemente eso me llevó a este momento, con los nervios a tope y con unas ojeras profundas, camino por los pasillos igual que un zombie —o tal vez peor—, lo único que me ayuda a mantenerme de pie es que me puedo apoyar en la pared (y quizás también esa bebida energizante que bebí antes de entrar a la escuela).

Vislumbro mi salón a lo lejos y antes de entrar saco mi teléfono, con ayuda de él observo mi rostro. No me veo tan mal después de todo, pero eso no quita lo mal que me siento ahora. Suspiro agobiada y guardo mi teléfono, entro al salón y de inmediato Tzuyu me saluda. Son las seis y cuarenta de la madrugada, relativamente temprano y aún así, Tzuyu parece estar con la energía suficiente, pues se encuentra estudiando antes de la clase.

—Hola —le digo, mientras paso por detrás para tomar mi lugar a lado de ella.

—¿Pudiste dormir?

Me sorprende su pregunta, ¿acaso se me nota mucho la falta de sueño?

—Bueno, sabes que no te puedo mentir —digo, sin la necesidad de responder a su pregunta, sin embargo, ella capta de inmediato a qué me refiero.

—No te preocupes, todo va a salir bien.

—Y si no, espero al menos recordar que hice todo lo posible. —Trato de darme apoyo a mí misma.

—No te vas a arrepentir de nada, ya sé que odias eso más que cualquier cosa en este mundo —exclama seriamente, aunque después de unos segundos ambas reímos, porque sabemos hasta dónde llegaría con tal de no sentir arrepentimiento.

—Me conoces —le digo, con una sonrisa divertida.

—Por cierto, ¿a qué hora piensas ir a dejar la carta?

—Podemos ir a las 10, a esa hora tenemos hora de estudio con la maestra de coreano, sabes que ella siempre se va a la sala de maestros, así que podemos aprovechar ese momento para salir del salón.

—Me parece buena idea —exclama Tzuyu.

—Como sea, por ahora olvidémonos del tema y continuemos donde lo dejamos ayer —digo, haciendo referencia a los ejercicios de álgebra que habíamos visto el día anterior y que justamente Tzuyu había querido que le explicara.

—Te lo agradecería, porque justo ahora, estoy más pérdida que ayer.

Me uno a Tzuyu a su repaso antes de clase y aunque estoy divagante con respecto a Myoui (y he de decir que aún me cuesta llamarlo así), no dejaré a un lado mis obligaciones, más si próximamente se avecinan las semanas de exámenes y trabajos finales.

Pasando las horas, el momento de dejar la carta al fin llega. Nunca antes había estado deseando que las clases no acabarán, pero ahora me toca ser valiente y afrontar lo que yo misma he deseado que suceda.

Por suerte, y tal como lo había dicho, la maestra no llega, no obstante, ninguno de mis compañeros deja su asiento, todos parecen igual de sumergidos en las actividades que han dejado de tarea, así que, aunque tengo obligaciones, por primera vez las dejaré aún lado.

—Es horas, vamos —me susurra Tzuyu.

Antes de contestarle, giro mi cabeza y observo la piscina desde el gran ventanal; por el momento no hay nadie, al contrario, se ve tan desolado que temo que él se encuentre en el salón y me vea. Hasta la hora de salida estaré lista para confesarme —o eso espero—, así que encontrarme con él antes de esa hora no está en mis planes y siendo yo una persona tan meticulosa, espero seguir el orden de las cosas y prepararme mentalmente para lo que voy a hacer.

¡Me gustas! [BORRADOR] |MICHAENG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora