—No creo que sea buena idea —le digo a San al mismo tiempo que saco mis cartones de leche del maletero de su coche—. Tengo la sensación de que me estoy aprovechando.
Mi novio hace esa mueca con los labios tan típica de él, esa con la que deja entrever los dientes del lado izquierdo.
—¿Y qué piensas hacer? —Me mira mientras se dispone a levantar mi mesa de dibujo plegable—. ¿Irte con tus padres?
Tiene los ojos hinchados, seguramente por la falta de horas de sueño. Avanzamos hacia el porche de la casa de Song Mingi y dejamos nuestras cosas en él.
He aquí nuestra nueva casa.
Los últimos días han sido de locos y yo todavía no puedo creerme que Mingi sea su padre. ¿Cómo es posible? Ojalá nos hubiéramos conocido de una forma distinta y no yendo a la comisaría a las dos de la madrugada para sacar a su hijo —mi novio— del calabozo.
—Vamos, ya te lo he dicho —continúa San mientras va a por más cosas al coche—. Ha sido idea de mi padre. Nos quedamos aquí, lo ayudamos con lo que necesite y ahorramos para mudarnos a otro piso más adelante. A uno mejor.
Claro.
Y cuántas personas se plantean lo mismo y acaban quedándose a vivir con sus padres tres años, ¿eh? Es imposible que su padre no haya tenido en cuenta esa posibilidad.
Yo haré lo que haga falta para irme lo antes posible de aquí, pero San no sabe ahorrar. Instalarnos en otro piso, con los gastos adicionales que conlleva y el depósito (que ya perdimos en el anterior por culpa de algún que otro desperfecto en las alfombras, nada grave) es muchísimo dinero.
Cuando encontremos el lugar adecuado, San podrá contribuir y pagar una parte del alquiler, pero el proceso de buscarlo e instalarlo todo me lo tendré que chupar yo.
Hace ya tres días de mi escapada al cine, donde conocí a Mingi. Cuando sacamos a San de comisaría, fui a casa y me encontré el piso hecho una porquería. Se notó que me había organizado una fiesta de cumpleaños en casa para cuando volviera de trabajar, pero nuestros amigos —sus amigos, mejor dicho— no pudieron esperar a que llegara yo para empezar la celebración. A las once de la noche, todo el mundo estaba borracho y se habían comido la pizza entera.
Pero, ¡Oh vaya!, me habían dejado un trozo de pastel.
Un milagro.
Cuando vi cómo estaba todo, tuve que escabullirme al baño para no llorar allí delante.
Al parecer, alguien se peleó en la fiesta. Los vecinos se quejaron del ruido, San protestó y se lo llevaron a él y a uno de sus amigos para apaciguar la situación. El arrendador dijo que estaba harto y que no quería ver más a San. Y fue clarísimo. Me dijo que yo podía quedarme sin problema, pero no puedo hacerme cargo de tantos gastos yo solo. Y menos aún después de haber gastado mis ahorros en ayudar a San a reparar el auto el mes pasado.
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Birthday Boy [Minjong]
FanfictionMi hermano me dijo una vez que no hay chicos buenos, y que, cuando encuentras uno, no está disponible. El problema es que no es Song Mingi quien no está disponible. Soy yo quien está fuera de su alcance. ATEEZ ffc Mingi x Jongho Adaptación Todos...