Una pequeña cabellera dorada corría por toda la estación 9¾ buscando como subir al gran expreso que tenía frente a ella sintiéndose un poco agobiada por sus vanos intentos de subirse a aquella locomotora, sus ojos claros buscaban ansiosamente a un Guardia que podría ayudarle. Encontro a un señor muy amable que le ayudo a subir al tren. estaba caminando por el gran conocido expreso Hogwarts buscando un compartimento vacío, pérdida en su primer año sin ningún tipo de amistad. La niña de 11 años revisando la mayoría de vagones estando casi todos ocupados, observo uno casi vacío pero había un niño de su edad que pronto cambiaría su vida.
Un pequeño de cabellos largos, Tez pálida y ojos tan oscuros que le hacía dar escalofríos. Perdido en un libro de pociones bastante avanzada para su edad, por lo que tomo lugar en frente de aquel pelinegro misterioso.—¡Buenas tardes!, Me llamo Nereah Amatucci. ¿Cómo te llamas?
La observo con una mirada fría y calculadora que no transmitía una vibra de infancia deseada, pero la determinación de la pequeña era más fuerte por lo que una sonrisa se vio reflejada en su rostro.
—Severus Snape
Su mano se extendió delante de el, Buscando estrecharla para presentarse correctamente.
—Es un gusto Severus Snape, Tienes cara de ser muy buena persona ¿me dejarías juntarme contigo?
El pelinegro dudo un poco observando la pequeña mano delante de el, pero termino asintiendo.
Unos minutos luego, habían entrado dos niños Una con cabellera Rojiza
¡Buenas tardes! Me llamo Lily Evans.
La pelirroja se sentó a un lado mío buscando abrazarme, yo no sabía que hacer así que le correspondí su abrazo.
—Yo me llamo Nereah Amatucci y el es Severus Snape.
Le mostré una amplia sonrisa, por unos momentos hablábamos mucho de nuestros orígenes. Lily es hija de Muggles y Snape es mestizo a comparación mía yo soy sangre pura.
—Nereah, ¿De dónde eres?
—Soy Italo-rusa. Mí padre es un mago italiano y mí mamá una bruja Rusa. Aunque nací en Italia pero tengo Nacionalidad Rusa. Es algo difícil de explicar ya que ni yo lo entiendo.
Les comenté rascándome un poco la nariz, era un hábito que tenía cuando estaba muy confundida. Severus era de pocas palabras por qué todo la trayectoria del viaje se dedicó a leer ese libro y a responder cortante.
Cuando llego la señorita del carrito de dulces, compré algunas ranas de chocolate. Le extendí a Lily una y luego a Severus que únicamente aparto la vista de su libro para rechazarla. Un leve puchero asomo en mis belfos sin darme cuenta.
Estábamos por llegar a Hogwarts y teníamos que ir a cambiarnos, Teníamos una corbata negra debido a que todavía no teníamos una casa, Mis padres también habían asistido.
Mí madre, Zhanna Lvov era la definición de una Ravenclaw, tan inteligente e intelectual como nada, una definitiva genio. mí padre, Vicenzo Amatucci era un Slytherin en todo su ser astuto y realmente audaz como para dejarse manipular por alguien, ellos eran sangre pura ambos por una Antigua tradición de ellos.
Por lo que tenía pensado ser de una de esas casas. Mí mamá me contaba que deseaba con todo su ser que me encuentre con el amor de su vida como ella lo hizo con papá y estaría dispuesta a darle su gusto tal vez cuando sea más grande.
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𝓛𝑎 𝑣𝑎𝑟𝑖𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝐧𝐨 𝑒𝑙𝑖𝑔𝑒.
FanfictionPrólogo. Una pequeña de cabellera dorada, ojos claros estaba caminando hasta subir al tan conocido expreso Hogwarts buscando un compartimento vacío pérdida en su primer año sin ningún tipo de amistad. La niña de 11 años revisando la mayoría de vagon...