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Estaba completamente jodido.

Alastor esperó a que la máquina de café terminara de llenar su taza. El sonido era lo único que rompía el molesto murmullo de los empleados a su alrededor, comentando alguna tontería más que el padre de Lucifer había decidido implementar en el laboratorio.

¿Cuánto tiempo llevaba metido en este proyecto?

Casi dos años.

Casi dos años. Dos años en los que había compartido espacio de trabajo, y algo más, con Lucifer. Dos años de convivencia, donde, a pesar de todos sus esfuerzos, apenas habían avanzado un poco. Otros proyectos habrían despegado para entonces, pero este parecía estar atrapado en una especie de limbo, igual que él.

Un nudo se le hacía en la garganta al recordar cómo día tras día todo seguía igual, y las ganas de vomitar regresaban a él. Un supresor que no afecte a los omegas, algo imposible pero a la vez posible.

¿Entonces porque con cada avance que tenía parecía retroceder dos pasos?

No lo entendía.

El café se sirvió con un gorgoteo final. Mientras lo tomaba, sintió su celular vibrar en el bolsillo. No necesitaba verlo para saber de quién era. Aun así, suspiró, sacándolo de mala gana. La última persona molesta de la cual quería saber algo en ese instante.

"¿A qué hora vuelves? Cancelé varias cosas para pasar tiempo contigo."

Otra vez lo mismo. Alastor sintió un tic en el ojo al leer el mensaje, una mezcla de frustración y cansancio que le subía desde el estómago.

No.

No solo tenía que lidiar con un proyecto que parecía interminable, sino que también tenía un prometido que no entendía la palabra espacio. ¿Cuándo se suponía que tenía tiempo para él mismo? Si no estaba metido en el laboratorio con Lucifer, soportando sus cambios de humor y su necesidad de atención como si fuera su maldita madre, estaba lidiando con Vox. Vox, que parecía creer que el mundo de Alastor debía girar a su alrededor. Creía que podía calentar su cama en cuanto enviará un mensaje de texto.

Entre la presión constante de cumplir con un proyecto que no avanzaba y las expectativas incesantes de Vox, Alastor sentía que apenas le quedaba aire para respirar.

Vox. Siempre Vox, esperando que él estuviera disponible cada minuto del día, como si Alastor no tuviera más responsabilidades que hacerle compañía. Como si su vida personal pudiera detenerse cada vez que Vox lo quisiera. ¿Cuándo fue la última vez que tuvo un respiro para él mismo? Entre las largas jornadas en el laboratorio con Lucifer, lidiando con los altibajos emocionales de su compañero de trabajo, y las exigencias constantes de Vox... Era demasiado.

Se sentía atrapado en un ciclo donde su tiempo y energía eran devorados por otros. Primero, Lucifer y su interminable experimento, luego Vox, que lo trataba como un trofeo que debía estar siempre disponible.

¿Cuándo había dejado de ser su propia persona?

Con un suspiro frustrado, Alastor dejó caer la cabeza, apoyando la frente en la fría máquina de café.

Quería golpearla, desahogarse de alguna manera, pero sabía que no serviría de nada.

Lo único que quería era terminar.

Necesitaba una salida rápida.

Pero...

"Oh querido, no sabes cuán feliz estoy de verte por fin comprometido."

No cuando miraba a su madre con esos ojos brillantes llenos de orgullo, admirando el anillo de compromiso en su dedo como si fuera la realización de un sueño.

Sabía que era imposible. No podía simplemente terminar todo, no cuando veía la felicidad que eso le daba a su madre.

Cada vez que pensaba en romper con Vox, la imagen de su madre aparecía en su mente, sonriente y radiante. No podía decepcionarla. Había pasado toda su vida intentando complacerla, ser el hijo perfecto que ella esperaba. ¿Cómo podía renunciar a todo eso ahora?

No...

Era más que eso.

Sus manos empezaron a temblar al pensar en la cara del azabache que lo esperaba en casa.

¿Enserio lo que "él" le estaba proponiendo era lo mejor? 

Realmente no lo sabía.

Y esperaba no averiguarlo dentro de algún tiempo más. 

Finalmente dando un largo suspiro retiró ambos vasos de la máquina, asegurándose de tener una sonrisa radiante para Lucifer. 

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j90msF AU human// Appleradio (omega verse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora