Capítulo 22

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Los guardias del Palacio Real se encontraban muy ocupados vigilando cada sector y área de aquel gran lugar; ni siquiera tenían un solo segundo para descansar.

Todos se esforzaban por hacer un trabajo excelente, todos incluidos también tres jóvenes guerreros que se incorporaron luego de pedírselo a la Reina del planeta y aunque ella en un principio no estaba muy convencida, terminó por aceptar la petición de aquellos valientes niños guerreros.

Habían pasado unos cuantos meses desde que iniciaron su entrenamiento para convertirse en dignos protectores de su nuevo hogar y, una semana después de haberlo concluido, se encontraban recorriendo un gran salón en donde una fiesta era llevada a cabo.

Se preguntarán, ¿qué tipo de fiesta era? Pues era nada más y nada menos que una fiesta dedicada al nacimiento de la hija de la Reina, la princesa de la Luna.

Gracias a las habilidades que los tres jóvenes presentaron, pudieron obtener un lugar dentro de aquella sala de celebración, aunque no como invitados sino como guardias y protectores de las personas invitadas. Ellos estaban felices de poder ser de ayuda para la mujer que los había apoyado desde su llegada y por supuesto que no la defraudarian, así que hacían su trabajo con una gran seriedad.

El momento tan esperado llegó, la presentación de la nueva y única princesa de la Luna ante los invitados presentes.
Los chicos sonrieron con una gran ternura al poder conocer a la princesa, quien en un futuro próximo, sería la sucesora y futura gobernante de la Luna.

Sus expresiones de ternura y felicidad, cambiaron a rostros sonrojados y nerviosos con la aparición de aquellas chicas jóvenes que los habían ayudado en el momento en el que se conocieron, desde aquel día no las habían vuelto a ver, pues se encontraban ocupados con sus entrenamientos impidiendoles siquiera poder buscarlas.

Sin embargo, ahí estaban, de pie frente a ellos y, aunque ellas no los habían notado, se encontraban felices de poder verlas, en especial a tres de ellas. Lo siguiente fue una gran sorpresa, pues aquellas pequeñas doncellas fueron nombradas guardianas protectoras de la princesa de la Luna, al igual que otras cuatro chicas que llegaron poco después que ellas. Eran un total de ocho guardianas destinadas a la protección de la pequeña princesa y ellas, con mucho gusto y con gran honor, dieron su voto de lealtad a la heredera del trono Lunar frente a todos los invitados, culminando todo en un gran estallido de aplausos y ovaciones hacia ellas, lo que provocó un gran susto en la princesa y su llanto.

Tras la culminación de aquella gran fiesta, todos los invitados se retiraron del lugar y los guardias se encargaron de escoltar a aquellas personas para asegurarse de que dejarán el Reino de forma segura.

Los tres niños se encontraban aún en aquella sala, encargándose que la limpieza se llevara de forma rápida y en orden; a lo lejos, vieron a la Reina cargando a su pequeña hija y, junto a ellas, a las giardianas de la princesa. Por un momento, pensaron en abandonar sus puestos e ir junto a ellas pero no pudieron hacerlo, así que sólo les quedó observar como ellas se alejaban de aquel lugar.

Años Después...

Los alrededores del Palacio Lunar habían cambiado, se habían vuelto aún más hermosos que en los años anteriores.

Por supuesto, no solo el Palacio fue el único que cambió, también lo hicieron aquellos chicos que llegaron al Reino Lunar después de presenciar la destrucción de su hogar.

Se habían convertido en guerreros formidables, generosos y muy fuertes, tanto que hace tan solo dos meses atrás, fueron escogidos personalmente por la Reina Serenity para ser miembros nuevos de una nueva unidad de guerreros poderosos a la orden de la familia Real.

Sailor Moon: Un Nuevo FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora