Capítulo 1

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«Lo inesperado, a veces, resulta interesante»

-¡NO!

Mis párpados se sentían pesados y estaba casi dormida, pero mi hábito de querer llevarle la contraria a todo el mundo resaltaba.

-tu casa está a medio mundo de aquí, y yo tengo sueño -protesto, sintiendo que en cualquier momento el sueño me ganaría

-por favor... -suplica Lis, empujándome por la espalda para que camine- ya nos pasamos de hora y si no llegamos nos van a matar

El aparcamiento, los coches, las luces y los tonos grisáceos de las paredes daban vueltas cada vez que los miraba. Estaba mareada, agotada y soñolienta.

Un auto negro de cruza en mi zona de visión. No se veía muy actual. Tampoco tan antiguo. Era una mezcla perfecta de antigüedad, modernismo, elegancia y perfección. Todo bañado de mi color favorito

«Negro igual que tú impura mente»

No se porqué, pero de repente el capó reluciente de ese auto me pareció un lugar cómodo para dormir una pequeña siesta. Si, puede que estuviera loca por pensar que el capó de un auto sería al menos, un poco, parecido a mi suave cama. Pero bueno, mi cama quedaba bien lejos de mí. Había que buscar un remplazo.

«Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma»

Eso pensé yo, en ese momento de poca cordura. El auto no iba a avanzar hacia mí, así que le toca a la montaña ir al auto. Me desvío de la dirección en que Lis me empujaba. Ella trata de detenerme pero yo con una estúpida sonrisa y los ojos cerrados me lanzó de espaldas hasta caer de medio cuerpo en aquel capó oscuro.

Cuando impacto contra el auto, no es de la forma más placentera ni pacífica. Al contrario. Por descuidada que fui mi cartera impacto con el cristal y lo hizo añicos, todos desviándose en diferentes partes: en el interior del auto, alrededores y algunos me cayeron encima, pero no los sentí

Tal vez el alcohol era una buena anestesia para el impacto de las locuras

-¡Jen! -Lis vino a socorrerme alarmada- ¿¡Que has hecho, tía!?

Con delicadeza y la agilidad de alguien que soñaba con salvar vidas algún día; me quito los fragmentos de vidrio de encima. Ya mis párpados se quedaban cerrados por varios minutos y le hablaba entre sueños con el dolor de espalda que me dejó mi encuentro con mi nueva cama


-Elizabeth tengo sueño, déjame dormir -digo, sin estar consciente de que había estropeado un auto con mi nueva cama

-¡Este no es momento para dormir! -me regaña, sacudiéndome tratando de despertarme

-¡Si lo es! -la contradigo, despertándome por unos segundos y haciendo movimiento dramático mientras sacudo el brazo

Puedo escuchar como su teléfono empieza a sonar con la canción de Adele. En lo que ella tarda en rebuscar en su cartera y contestar, yo tarareo la canción ya llegando al cuarto o quinto sueño

-Never mind, I'll find someone like you

Escucho a medias que me dice algo, pero no lo entiendo porque ya el sueño se ha apoderado de mí. Aunque estuviera dormida sentí como si unos brazos me sostuvieran, pero, tal vez solo era mi subconsciente tratando de hacerme sentir las sensaciones de algún sueño

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