« El juego de sobrevivir mientras te gana la curiosidad »
Eran las 6:00 p.m.. Las luces de lo que iba quedando de la tarde traspasaban el ventanal de mi habitación y se reflejaban en mi sábana de color grisáceo. El aire que que se colaba por las ventanas era suave, lo suficiente para que las distintas fotos que tenía regadas en la cama no salieran volando. Todo estaba en calma, en paz, totalmente tranquilo y pacífico....
Menos yo.
Estaba en shock, con los ojos a punto de soltar su esencia, y, derramar más lágrimas que rodarían por mis mejillas como la que cayó en una de las fotos ahora mismo. Si, mi curiosidad me estaba haciendo perder mi estabilidad otra vez. O mejor dicho, ver sus rostros en aquel papel impreso es lo que me hacía perder la estabilidad.
Cuando llegué de la universidad todo estaba bien. Mi departamento estaba limpio y organizado, como lo había dejado, y mi perro Ares dormía como siempre en la alfombra de la sala. Apenas entrar en mi habitación saqué el sobre de la mochilla y lancé esta última encima del escritorio.
Me senté en la cama, dudando si abrir ese sobre o no. Al final, lo abrí. Cuando saque su contenido pude ver varias fotos.
Entre ellas había una estantería y la mano de alguien agarrando una pequeña maqueta con forma de violín.
En la siguiente, estaba Stefan en algún lugar de la universidad mirando a la derecha comprobando que nadie lo viera.
En la otra, se podía apreciar a Luca con un cigarrillo en los labios, mirando fijamente aquel pizarrón lleno de fotos. Parecía muy concentrado en lo que hacía.
¿Pero saben cuál me impactó mas?
La foto de ellos, junto a otros estudiantes sonriendo a la cámara.
Una con esa sonrisa tan dulce y contagiosa, el otro, con sus labios levemente curvados en una sonrisa y sus hoyuelos marcados. Extrañaba esa mirada azulada de esos ojos brillantes y también aquellas profundas miradas de esos orbes marrones.
Los extrañaba...
-¿Por qué estarían estas fotos en el sobre de Karla? -le preguntaba a la nada desde que vi las fotos.
Mi mente intentaba procesar porque ella tendría todas estas fotos. ¿Cómo había fotografiado a Luca en su lugar secreto, a Stefan haciendo algo sospechoso, a esa persona agarrando aquel pequeño violin y a ellos sonriendo?. Y ahí fue cuando una suposición peligrosa me hizo ver la realidad, las fotos no eran para Karla, eran para mí.
De alguna manera alguien quería que averiguara algo en todas esas fotos, que agudizará mis sentidos y encontrara algo.
Seguí buscando en el sobre por si había algo más y efectivamente, había una nota con la que comprobé que mi suposición no era incorrecta:
"Solo déjate llevar por la curiosidad y descubre la verdad detrás de esos escenarios congelados y estampados en papel".
Sostuve la nota en mis manos unos minutos más. Mi cuerpo estaba tenso, paralizado y por un minuto me había olvidado de como moverme. No se si era adrenalina o sangre lo que corría por mis venas, lo único que sabía en ese momento es que alguien me estaba vigilando. Entre las tantas personas que habitaban en el planeta Tierra había una que conocía todos los movimientos que daba o cada situación que vivía.
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Fake
RandomTodo el mundo tiene, al menos, un poco de curiosidad por los secretos. Pero aquellos curiosos que se adentran en la oscuridad de los secretos ajenos son la definición de "valentía". Si, tal vez para otros no sean más que entrometidos, pero Jenna Car...