PRÓLOGO

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"El día de hoy, el pueblo ruso marcó un evento histórico. Al darme su confianza, hemos logrado lo que por bastante tiempo se había frustrado. La oposición ha ganado, un nuevo presidente ha sido elegido.
Todos nosotros somos victoriosos: hemos demostrado fervientemente nuestro amor a la patria, luchando por ella. Creyendo en un futuro donde se imparta la justicia.

Rusia está al comienzo de una nueva era, en la que nuestro orgullo y gloria volverán como hace mucho tiempo se fueron.
Prometo dirigir nuestro pueblo al progreso

Да здравствует Россия!"

Los aplausos y ovaciones aumentaban la bulla en la plaza roja, festejaban que, después de un tortuoso régimen, finalmente había llegado un poco de esperanza. Dimitri Malenkov había sido el electo presidente de la Federación Rusa. Todos lo alababan, mirando un futuro brillante a través de él.

Rusia, posicionado a un lado de su nuevo líder nacional, miraba a todo el pueblo eslavo aclamar por su presidente. Sus aplausos lentos no eran nada comparados con las efusivas celebraciones de los espectadores. Sonreía, era la primera vez en mucho tiempo que lo hacía, pues miraba el final de una espantosa dictadura.

Dimitri se alejó del estrado para acercarse a la nación.

"Es tu turno, Rusia. Tu pueblo quiere oírte." Rusia le miró, la incredulidad se desbordaba de su mirada.

"No entiendo." Habló. "Se supone que solo el presidente debe hablar." Dimitri negó con una sonrisa.

"Tú eres Rusia, eres todo el espíritu del pueblo. Ellos necesitan oírte." Eso tomó a Rusia por sorpresa, Vladimir Putin, su antiguo presidente, nunca le habría ofrecido tomar la palabra frente a su pueblo.
Con un suspiro, Rusia se acerco al estrado mientras los eslavos le miraban con atención.

"Estoy seguro que con la influencia de Dimitri Malenkov, volveremos a recobrar gloria como la que solíamos tener." Tales palabras, aunque fueron breves, provocaron un estadillo de aplausos y elogios.

Rusia estaba a un paso más cerca del triunfo.

[...]

Dimitri se encontraba sentado frente a Rusia. Sus miradas chocaban fijas el uno contra el otro cuando no estaban sumergidos en el menú del restaurante.

"Estoy muy contento de poder dirigir el país junto con usted, Sr.Rusia" La potencia asintió, cordial.

"Digo lo mismo, Sr.Malenkov, su ascensión a la presidencia es un evento extraordinario. Estoy seguro que usted logrará grandes cosas en su tiempo al mando." La mesera se acercó a su mesa con un poco de vino en mano, ambos asintieron para no dejar de lado su plática

"Me agrada escuchar eso, espero cumplir todas sus expectativas, Sr.Rusia." Tomó su copa y bebió el pequeño trago en ella para finalmente permitir a la mesera servir la mitad del tinto. "Admito que desde pequeño lo he admirado, siempre soñé trabajar junto a usted y míreme, es un sueño hecho realidad." Rusia esbozó una frágil sonrisa, negando con modestia.

"No es para tanto, créame. Lo verdaderamente increíble es el pueblo que ha perseverado tanto como para permitirme seguir aquí." Ambos se miraron con gratitud.

"Aún recuerdo cómo eran las épocas de la unión soviética: me crié ahí, yo fui testigo de la gloria que usted nos trajo a todos" Rusia asintió, con aires de una nostálgica melancolía. "Aún podemos traerle de vuelta a usted la gloria que se nos arrebató a todo el pueblo, yo le prometo, Sr.Rusia que haré todo lo posible para ser una superpotencia al nivel de USA." Pero Rusia negó, tal vez lo suficientemente conmovido con Dimitri como para tener la esperanza de creerle, pero no quería, no debía hacerse ilusiones con recuerdos prestigiosos.

I'm your Villain|RUSMEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora