Se menciona que todas las mañanas Fernando tomaba su ballesta y desaparecía en la espesura hasta que el sol desaparecía, y que Iñigo en un principio creyó que era solo para cazar animales, pero está la posibilidad de que la llevara por precaución para defenderse de lo que tanto temía su montero mientras iba a cazar animales porque a diferencia de lo que se creía, Fernando si había escuchado el consejo, solo que era demasiado orgulloso para aceptarlo. Otra posibilidad es que en un principio fuera a cazar a lo que sea que tuviera esos ojos verdes, pero eventualmente cayó en el encanto, y se trajo esa ballesta para matar a cualquiera que quisiera acercarse a la mujer de ojos verdes, pues Fernando solo la quería para el solo.
Fernando no era feliz en su matrimonio, y nadie en su familia podía hacer algo para alegrar sus días tan vacíos, por lo que es posible que él ya supiera la existencia de la mujer de ojos verdes en esa fuente, y usara como excusa la caza del ciervo para abandonar sus deberes conyugales, desapareciéndose desde el amanecer hasta el anochecer, en busca del amor que nunca encontró, aunque le costara la vida. De este modo, se podría dar algo de consuelo a la esposa, de solo sentirse enviudada, y no también dejada.