Bellatrix Black había llegado al umbral de una edad crucial en la que el destino de su linaje debía ser asegurado. La presión de su familia, una de las más prominentes en el mundo mágico, era inmensa. Se trataba de encontrar a un prometido de sangre pura que asegurara la continuidad de la dinastía Black. Como tal, numerosas familias de renombre habían presentado sus propuestas, buscando la mano de Bellatrix para sus hijos.
Lo que nadie esperaba era la propuesta de la familia Potter, una familia conocida por sus ideales divergentes y, a menudo, antagónicos a los de los Black. El nombre de James Potter resonaba en los pasillos de la mansión Black, y el rumor de la propuesta se esparció rápidamente.
La noche de la propuesta, Bellatrix se encontraba en el elegante salón de la mansión Black, rodeada de miembros de la familia y de representantes de las familias propuestas. James Potter, vestido con la elegancia que se esperaba de su posición, se acercó a ella con una determinación en sus ojos que Bellatrix no había visto antes.
"Bellatrix," comenzó James, su voz era firme, pero cargada de una emoción que parecía estar a punto de estallar. "Quiero hablar contigo en privado."
Bellatrix frunció el ceño, sorprendida por la solicitud poco convencional. "¿Qué es lo que deseas, Potter? ¿Acaso crees que puedes convencerme con palabras elegantes?"
"Te lo prometo, no es solo un juego de palabras," respondió James con seriedad. "Quiero que escuches lo que tengo que decir."
Ella asintió con desdén, conduciéndolo hacia uno de los salones más apartados, lejos de las miradas curiosas. Una vez dentro, Bellatrix se volvió hacia él, cruzando los brazos con una mezcla de curiosidad y escepticismo.
"Habla entonces. ¿Qué te hace pensar que yo aceptaría una propuesta de la familia Potter?"
James respiró hondo antes de hablar. "Nunca he sido tan honesto como en este momento. La verdad es que... he estado enamorado de ti desde hace años."
Bellatrix quedó paralizada por un instante. "¿Enamorado de mí? ¿James Potter, el hombre que se ha opuesto a todo lo que yo represento? ¿Cómo puedes decir algo así y esperar que lo crea?"
"Es cierto," dijo James con firmeza. "A pesar de nuestras diferencias, he admirado tu fuerza, tu inteligencia, y el fervor con el que defiendes tus creencias. Mi amor por ti no ha sido solo un capricho; ha sido una constante en mi vida."
"¿Y qué esperas que haga con esta confesión?" preguntó Bellatrix, tratando de procesar la revelación. "¿Acaso crees que tus sentimientos cambiarán todo lo que sé y creo sobre los Potter?"
"No," respondió James, acercándose un paso. "No espero que cambies de opinión de inmediato. Pero te pido que me des una oportunidad para demostrarte que mis sentimientos no son solo palabras. Quiero mostrarte que hay una posibilidad de que nuestras diferencias puedan ser superadas."
Bellatrix lo miró con desdén, pero también con una chispa de curiosidad. "¿Y qué pasa si el futuro que ofreces es solo una ilusión? ¿Qué pasa si al final terminamos destruyéndonos el uno al otro?"
James la miró fijamente. "Lo que ofrezco es mi corazón, mi lealtad y mi compromiso. Si al final de todo esto decidimos que no podemos estar juntos, al menos sabremos que lo intentamos. Pero, por favor, Bellatrix, dame la oportunidad de mostrarte que mi amor por ti es verdadero."
Bellatrix contempló su rostro durante un largo momento, su mente batallando entre el orgullo y la posibilidad de algo inesperado. Finalmente, con un suspiro, asintió lentamente.
"Te daré la oportunidad, Potter. Pero no me hagas arrepentirme."
James sonrió con una mezcla de alivio y esperanza. "No te defraudaré."
Mientras la noche avanzaba, Bellatrix y James compartieron un momento de conexión que ni ella ni él habían anticipado. La conversación sobre el futuro aún estaba por decidirse, pero el primer paso hacia un posible entendimiento había sido dado.
Disfruten mis amores:)
