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—la tarea tiene un valor de treinta puntos, charles ¡treinta puntos! ¿sabes lo que eso significa? ¡exacto! que no te dejare ir de fiesta ni mucho menos tomar durante este fin de semana, hasta que terminemos la tarea — dijo max realizando movimientos con sus manos a cada palabra que decía. rodee los ojos.

max siempre ha sido tan perfecto. me refiero a perfeccionista.

no se...

creo que su nombre correcto es "max las cosas tienen que salir perfectas o te castro verstappen."

—que dramatico — masculle.

ambos continuamos andando hacia mi carro por el estacionamiento de la escuela. había muchas personas y eso era algo que detestaba. el día simplemente había cursado con naturalidad. nada nuevo. solo ese maldito trabajo de ciencias.

— ¡yo no soy dramatico! lo que pasa es que me preocupo por nuestra calificacion. ademas, no te dejare reprobar. si repruebas me quedare solo y sin amigos. no dejare que te alejen de mí — sonreí y pellizque su mejilla blanquecina.

— ¡que lindo eres, maxie! yo tambien te quiero — dije sin dejar de apretar su mejilla ahora roja. max quito mi mano de su cara e hizo una mueca.

—no te burles imbecil. hablo enserio, no me puedes dejar — dijo con seriedad. aunque en realidad la seriedad y max se conocen muy poco. reí.

—tranquilo, todo estara bien — dije.

aunque muy seguro no estoy.

tengo que alistarme en todas las asignaturas para no ir a título. ¿como pretendo sacar un diez en dos cortas semanas, si no lo saque en un semestre entero?

—lo dices como si todo fuera a estar bien — mascullo. sonreí. max puede ser muy pesimista. pero es mi amigo y lo quiero.

— ¿quieres cerrar tu boquita ya? — reproche. max rodo sus ojos azules dandome la victoria de la conversacion.

M. V

—yo hare la investigacion, el reporte y todo lo que tenga que ver con hacer el trabajo correctamente y tu... tu puedes colorear y transcribir — dije sacando los libros y los cuadernos para comenzar a trabajar. charles me miro y alzo sus cejas.

—siempre me dejas lo estupido — se quejo.

—cada quien hace lo que puede — dije. charles nego con la cabeza y yo no pude evitar soltar una carcajada.

—puedo aunque sea hacer un resumen o algo así esta vez... — sugirio. recargo sus brazos en el respaldo de la silla, tensando los musculos de sus brazos. yo estaba sentado en el comedor y el de pie.

— ¿sabes como? — cuestione curioso. es decir... es charles, a el hablale de sexo y alcohol y te entendera, no de las ciencias facticas porque te ignorara.

—sí — dijo obvio. sonreí con burla y mirandolo con incredulidad. —se hacer muchas cosas que tu no sabes — remarco al ver mi expresion.

— ¿ah sí? ¿como pensar y respirar al mismo tiempo? tranquilo, no agotes fuerzas — me burle. charles entrecerro sus ojos y me fulmino con la mirada. reí.

—conoces solo el 80% de charles leclerc— murmuro con misterio y superioridad.

—tenemos seis años de amigos imbecil, te conozco hasta los huevos — dije con obviedad. charles sonrio y solto una enorme carcajada, pero luego nego.

—mis huevos son parte del 80%

— ¿que hay del otro 20%? — cuestione con una ceja alzada. charles sonrio de una manera extraña, fue casi una sonrisa depredadora, ademas sus ojos parecieron tomar una tonalidad mas oscura.

— el 20% no interesa — murmuro

—pero soy tu mejor amigo, me interesa — dije fingiendo indignacion.

—tal vez algun día lo sepas — murmuro. suspire.

— ¡¿tienes un secreto y no me habías dicho nada?! — exclame sorprendido — ¡mierda, charles! tu sabes todo de mí, es injusto — charles se encogio de hombros con su sonrisa habitual; sus hoyuelos remarcados a los extremos de su sonrisa, reposando en sus comisuras.

sí... mi amigo tiene una linda sonrisa.

—no es un secreto... es mas... una reservacion... personal, solo para... mi y... nadie mas... que yo....

—lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido — asegure con el entrecejo fruncido. charles sonrio.

—como sea... algun día lo sabras.

— ¿y por que no ahora? yo quiero saberlo ahora — exigí. charles sonrio ampliamente, tal cual alguien ocultando algo, pero no estaba seguro de que.

— ¿te quedaras esta noche? — me pregunto intentando desviarme del tema.

—no intentes pasarme, leclerc— advertí. charles sonrio.

—oye ¡calmate! no es la gran cosa — se excuso. lo mire con las cejas alzadas.

— ¿no es la gran cosa? vaya que tienes razon ¡es la cosa grande! — dije. charles rio.

—lo que acabas de decir no tuvo mucho sentido — repitio mis palabras.

—deja de usar mis palabras para atacarme — charles se sento en la silla que estaba junto a mi y tomo uno de mis cuadernos y una pluma.

— ¿de que paginas hago el resumen?

—es secreto — dije fingiendo enojo. charles alzo la vista y me miro serio. pero una sonrisa graciosa se pinto en sus labios.

—se supone que debo rogarte ¿o?...

—no. se supone que debes decirme tu secreto.

—max, vamos... deja tu necedad — dijo soltando un suspiro.

—tu deja la tuya.

— ¿por que? es mía.

—si te la robo sera mía.

—si evito que me la robes seguira siendo mía.

—pero si... ¡ah, ya! ¡tu me haces ser estupido! — me queje, poniendo mis manos en mi cabeza y sintiendo como la risa de charles inundaba la habitacion.

—estupido naciste. ahora dime las paginas.

—ya te dije que es secreto.

—tu no tienes secretos, max — dijo con obviedad.

—solo conoces el 80% de max versteppen— lo arremede. charles rio.

— ¿y por que se que el otro 20% se basa en comida y golosinas?

—es para cubrir la verdad. soy todo un misterio — dije. ¿a quien engaño? soy un maldito libro abierto. no, soy  una revista. sí, eso es mejor.

— ¿tu? ¿un misterio?

—muy misterioso

—un misterio muy misterioso que me se al derecho y al reves. ahora dame el puto libro y pongamonos a trabajar.

sexomniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora