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Ya era tarde, el reloj marcaba las once de la noche y lee HeeSeung se encontraba sentando en su sofá, mirando la televisión transmitir un programa de chismes sobre la industria músical, tenía un cigarro en manos, no estaba prendido solamente lo ju...

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Ya era tarde, el reloj marcaba las once de la noche y lee HeeSeung se encontraba sentando en su sofá, mirando la televisión transmitir un programa de chismes sobre la industria músical, tenía un cigarro en manos, no estaba prendido solamente lo jugaba entre sus dedos, mirando algunas veces y dudando muy seriamente si es que debía saborearlo entre sus labios, el día había sido cansado.

Sus mellizos habían regresado peleando entre ellos por detalles de la escuela, específicamente sobre el hecho de que ambos tenían que llevar una computadora mañana y la única disponible era de Yujin, quien, al escuchar la pelea de sus hermanos desde su habitación fue muy claro y dijo que no la prestaría, HeeSeung paso toda sus cena sin probar un solo bocado, solo escucho las aventuras de sus hijos y luego se propuso a esperar a su esposo.

—¿Mamá?.

HeeSeung se giro un poco, escondiendo el cigarro en su bata de dormir para darle una pequeña sonrisa a Yujin.

—Creí que dormirás un poco más, mañana ya es sábado puedes levantarte tarde — dijo, viendo como Yujin se acercaba para tomar asiento en el sofá individual— ¿Tienes más hambre?.

El niño negó, mirando el programa con desinterés.

—Tengo mucha tarea, adelante un poco pero quise bajar para saber si papá ya había llegado, veo que no.

—Tu padre se esfuerza mucho en su trabajo, casi siempre llega tarde.

Yujin asintió: —Lo se... papá siempre se la pasa en el trabajo, es raro cuando tiene días libres.

El rostro de Yujin era inexpresivo, como un bonito cubo de hielo paralizado, derritiéndose lentamente, HeeSeung noto esto con algo de incomodidad y se inclino para ver mejor a su hijo, SungHoon siempre decía que Yujin era idéntico a el, que simplemente HeeSeung le había heredado todo su físico al único hijo Omega que tuvo sin embargo no eran similares, no.

Por qué el rostro de su hijo jamás mostraba emociones, como si fuera un muñeco dentro de alguna vitrina.

—No me mires así, me incómodas —dijo Yujin, desviando su cabeza hacia el pero sin mirarlo a los ojos— detesto que me miren así...sobre todo tú.

Seung hizo una mueca leve.

—Desde hace años que no veo emociones en tu rostro...pareces un ser sin alma y aveces creo que no eres feliz Yujin...siendo sincero, siempre lo pienso...

El menor de quedó en su lugar, sus ojos jamás se toparon, la oscuridad no les permita ver el rostro del otro con claridad sin embargo aún a ciegas el lado maternal de HeeSeung pudo saber que decir aquellas palabras no fueron adecuadas y que la brecha entre el y su hijo menor había crecido enormemente en cuestión de minutos, lo que, siendo honesto, le entristeció.

Yujin jamás volvió a sonreír después de los cinco años, si, sus camisuras se levantaban sin embargo no era real, estaban vacías, llenas de burla o engaños, eran sonrisas falsas, demasiado distintas a las sonrisas reales que tanto iluminaban el rostro de Yujin hace años...su hijo estaba apagado...su rostro no mostraba más que pura seriedad y no más, lo que estaba quebrando el corazón de HeeSeung.

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⏰ Última actualización: Sep 17 ⏰

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