Capítulo 2 - Volviendo a CDMX

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Ciudad de México, México 8:34AM

POV Gala

Me había olvidado de lo caliente que era Miami, acostumbrada al clima frío de Europa, este cima era extraño para mi, pensé mientras me quitaba el abrigo. Caminé entre la gente que iba de un lado para otro, pegados a sus teléfonos celulares con conversaciones entretenidas, cepillo mi cabello con la mano mientras me pongo mis rayban en mi rostro, me dirigí a la salida del aeropuerto de Miami y pude divisar a un mercedes negro.

¡Buenos días! señorita Montes. -El conductor habló cortésmente.

-¡Buenos días! Mario. -hablé entrando en el carro. Dentro del coche había una temperatura regular gracias al aire acondicionado.

-¡Oh por Dios! ¿Desde cuando CDMX es tan caliente? -murmuré dejando caer mis pertenencias en el asiento.

-Siempre señora, el clima aquí es siempre fue caliente. -escuché a Mario decir en medio de una risa baja. -Perdón por preguntar, pero ¿Cómo está su padre?

-¡Tienes razón! me he olvidado de como son las cosas aquí. -dije en voz baja mientras me acomodaba en el asiento del coche. -Él está bien, está en los Ángeles con mi familia.

-¡Eso es genial! Me agrada el señor Montes. ¿A dónde la debo llevar? -Preguntó mirando por el espejo retrovisor.

-A mi nuevo apartamento Mario, sigue el camino derecho yo te iré dando las coordenadas.

Él asintió dejando aquel lugar.

Mirando las calles de CDMX por la ventana del podía recordar mis tiempos cuando viví aquí, y que buenos tiempos diría yo. Conocía la cuidad como la palma de mi mano. Nunca fui esa Gala que solo pensaba en el trabajo, había disfrutado de la vida un poco, no mucho. Mis pensamientos vagaron por los recuerdos de todas las cosas que hice en mi adolescencia, pero ahora eso estaba en el pasado, Gala inmadura e irresponsable ya no existía.

-Gire a la izquierda en la siguiente cuadra. Obedeció a mis coordenadas perfectamente.

Finalmente llegamos al edificio donde ahora estaría viviendo. Mario rápidamente salió del carro dando pasos grandes hacia la puerta, y el la abrió.

-Gracias. -dije con una sonrisa.

Mario era mi conductor desde que estaba joven y vivía con mis padres, es un anciano muy útil por cierto.

Entré en el vestíbulo del edificio donde los empleados se colocaban en su debido lugar. Era cómico como se comportaban ante mi presencia, las personas a menudo se sentían nerviosas, quizás la forma grosera y arrogante que yo les daba a demostrar, y no me importaba dar esa imagen. Para ser respetada ellos tenían que temer ante mi presencia.

-Buen día señorita Montes, nuestro personal pondrá sus maletas en su apartamento, es el 308, el único y gran apartamento.

Yo no dije nada, solo asentí con la cabeza y me dirigí al ascensor. Al llegar a mi apartamento, el chico de pelo rojo iba detrás de mí poniendo todas mis cosas perfectamente bien en mi habitación.

-¿Algo mas, dama? -Preguntó.

-Nada, usted se puede retirar. -Dije.

El apartamento era grande, un área enorme con un estilo contemporáneo y sofisticado, los muebles de color blanco y marrón, paredes en colores claros y otros oscuros, algunos cuadros de pintura, todo era de mi agrado. Me acerque hasta la sala para descansar en el sofá, tomando la parte superior de mis zapatos que maltrataban mis pies quitándolos enseguida. Dejé que mi cuerpo se hundiera en el cómodo sofá, el viaje había sido largo, la vida había sido muy dura para mi. Me levanté para dar al balcón de mi apartamento. Podía tener una hermosa vista de los rascacielos de CDMX y su hermosa vista, esa era la ventaja de vivir en lo más alto. Desde arriba podía ver todo el movimiento de las personas que paseaban de un lado a otro, viajando en sus autos, se escuchaban las bocinas, gente hablando en voz alta. Solo que no era peor como en Nueva York. Oí el ruido proveniente de mi celular, entré de nuevo a la habitación, agarré el celular de la mesita de noche, el número era desconocido para mi, pero sin duda era de CDMX.

The Stripper (Garime)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora