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13 de abril de 2019

- ¿No vas a querer ir a comer con nosotras? - La voz de Rose sacó a Jennie de sus pensamientos, haciéndola encararla.

- Lo siento. - Negó con la cabeza.

La rubia observó a la castaña guardar algunas de sus cosas en su carpeta y arregló el desorden total en su escritorio, luego se sentó de nuevo en su silla.

- ¿Quieres decirme lo que te está dejando así? - Rose preguntó, y Jennie suspiró. - ¿Problemas con tu marido?

- Sin ofensas, pero serías la última persona a quien le pediría ayuda o consejo en ese caso. - La castaña habló con una sonrisa torcida, y Rose arqueó una ceja.

- Ah, vamos, no soy tan mala, va... - Jennie rodó los ojos, tratando de ignorarla. - Ok, en serio ahora, ¿qué tienes? - preguntó un poco más cerca. - Estás tan triste...

- No me pasa nada. - Frunció el ceño.

- No me hagas tonta, Kim. - Reprendió Rose. - Estás extraña, distante, y con los pensamientos bien lejos. Nunca te vi tan triste y, sinceramente, odio verte así.

- Yo... Estoy normal, Rose. - La rubia la miraba con una expresión nada convencida. - Estoy un poco cansada últimamente...

- ¿Por qué sigues intentando inventar excusas? Sabes que te conozco como la palma de mi mano. - Rose cruzó los brazos.

- Vamos a hablar de ti. ¿Cómo va el noviazgo? - Cambió completamente el tema, y Rose suspiró derrotada. - Todavía no me presentas a tu novia.

- Ella está realmente ocupada... - La rubia pareció pensativa antes de decir: - Sabes, me llamó para que vaya hoy al pub donde trabaja, ¿vamos?

- ¿Hoy?

- Sí, como tú y yo no trabajamos mañana, podríamos...

- No sé, Rose, ayer Taehyung y yo peleamos...

- ¡Lo sabía! - La interrumpió. - Sabía que me escondías algo. ¿Es por eso que andas así?

Jennie tragó en seco y asintió. Obviamente no era solo la pelea (una más de tantas) con su marido lo que la atormentaba. Las cosas entre Lisa y ella estaban peor que nunca. Durante toda la semana, Lisa no había mirado a Jennie ni una sola vez. No es que Jennie la culpara, pero eso solo hacía que la profesora se sintiera aún peor por lo que había hecho el último fin de semana.

Su mente volvía constantemente a ese momento en el cuarto de la ojiverde, cuando Jennie había sido la mayor idiota de todas. La forma en que Lisa la miró estaba definitivamente grabada en su subconsciente. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? Era una mierda, ¿por qué simplemente no podía dejar de pensar en la más joven? Jennie no quería pensar en eso, pero su carne era demasiado débil y su corazón no se resistía.

- Vamos, dime. - Rose interrumpió sus pensamientos.

- No hay nada que contar. - Respondió encogiéndose de hombros. - Solo peleamos de nuevo.

- ¿De nuevo? - La rubia frunció el ceño. - ¿Hay algo que pasa y no lo sé?

- ¡Hay mucho que sucede que no sabes! - Rose levantó las cejas, sorprendida. - Y no me mires con esa cara, eres la peor persona para dar consejos amorosos. Al menos para mí

- ¡Claro!, Tu marido es un idiota, ¿qué tipo de consejo yo te daría? El chico no puede hacerte llegar al orgasmo ni cuando te está chupando, tú misma lo has dicho una vez. - Jennie hace una mueca, no podía negar, Rose tenía razón. - Pero confieso que estoy curiosa, ¿por qué pelearon ayer?

MI ALUMNA, MI AMANTE (JENLISA GIP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora