Hasta que nuestros miedos desaparezcan.

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¿Creéis en los fantasmas?

No, no hablo de esos que te cuentan tus amigos en las historias de terror, tampoco de los que aparecen en las películas de miedo; me refiero a los que irrumpen tus sueños, dejándote para ellos una magnifica y satisfactoria noche llena de insomnios. Esos que disfrutan con pasión y regocijo, ver correr tus saladas lágrimas al recordarlos. Aquellos que te persiguen a lo largo de tu vida, y quieres esconder de todos los que te rodean, para que no se lleguen ni a imaginar que la luz que dices poseer en realidad es una oscuridad disfrazada.

A pesar de que has intentado hasta el último recurso necesario para que desaparezcan, vuelven, vuelven mucho más fuertes y poderosos que la vez anterior, sin importarles los obstáculos que tengan que enfrentar o lo insoportable que se pudiera volverse tu vida al tenerlo de nuevo en ella. Y se sienten tan bien al hacerte evocar lo más aterrador y sádico de ti. Se aman a sí mismos por crear cada vez más, a una persona destrozada. Aunque, llegara un ser que no tendrás la necesidad de ocultar tus fantasmas. ¿Por qué?, te preguntaras.

¿Sera porque él o ella disponen de los mismos o los estará ocultando con la misma destreza que tú?

Gozara de la capacidad de observar en lo más profundo de tu alma, logrando adentrarse en cada grieta y sentimiento oscuro que poseas, mostrándote que no debes huir de ellos, sino aprender a convivir con tus defectos; te apoyara, y abrasara todas tus partes tenebrosas y rotas para amarlas y llenarlas de luz. Pero ¿y si es una trampa?, y si lo que está ocurriendo es una jugada más, para poder ganarse tu confianza he invadir tu mundo para volverlo suyo. Nunca lo sabrás hasta que ocurra, ya que no se puede predecir el futuro, solo queda esperar los acontecimientos, y apreciar juntos lo ocurrido. No obstante, ahora te pregunto.

¿Tú afrontas a tus fantasmas?, o ¿eres alguien quien intenta ocultarlos?