begin ➵ Kookmin.

Tres.

–Y cuéntame, ¿que tal tu vida últimamente?, ¿algo nuevo que quieras contarme? —Minnie, la psicóloga de Jungkook preguntó, tomando el lápiz y la libreta de encima de la pequeña mesa de centro para tomar apuntes en caso de ser necesario.—

Minnie acomodó su pelo rojo que llevaba en una melena corta detrás de su oreja, para luego mirar a su paciente quien parecía pensativo, cómo debatiendo mentalmente en silencio.

–No te presiones, sabes que puedes ir poco a poco. —La chica intentó tranquilizarlo, pero Jk aún parecía más metido en sus propios pensamientos como para escucharla.—

El pelinegro se debatía más de lo que debería en contar lo que le había pasado unas semanas atrás con aquel Omega, nunca antes le había pasado algo similar y esto era algo inexplorado, cosa que le hacía ponerse exageradamente ansioso respecto al tema.

–Minnie. —Jk habló en voz baja, llamando completamente la atención de la chica.—

–Dime..

–Hay un Omega..

La chica de inmediato se acomodó mejor en su silla, esto era completamente nuevo, de todos los años que Jk venía a su consulta jamás había escuchado a este hablar de un Omega, siempre era retraído respecto a ese tema y hasta ella misma le emocionaba escuchar este avance en su paciente, finalmente después de tanto tiempo se veía interesado.

–Y el chico lo conocí hace unos días, pero algo dentro de mi se sintió un poco alterado, nervioso y ansioso..—La pelirroja anotaba toda la información soltada por Jk rápidamente en su libreta.— Además que mi lobo estaba enfadado por no poder sentir el olor de ese chico, me hacía doler el pecho con su enojo.

Minnie hizo una mueca con sus labios, no estando de acuerdo para nada con el lobo de Jk aunque en el fondo existieran razones para aquella actitud, aunque este sabía que el chico llevaba años luchando con esto y esa reacción de su parte no mejoraría en nada la situación, es más, la empeoraría si continuaba de esa forma.

–Jk, en el fondo tu lobo se siente así por la presión de sentir que por fin existe un Omega que despierta su interés, pero le frustra no poder olerlo, esto no es una desventaja para ti, además si lo piensas, el chico de la cafetería puede olerte aunque tu no a él, si logras concentrarte lo suficiente en conectar con tu lobo puedes lograr emitir feromonas que le resulten llamativas, estás tan concentrado en los aromas de los demás que nunca has pensado en liberar el tuyo propio, úsalo a tu favor. —Jk estaba completamente concentrado en las palabras que su psicóloga decía, la chica llevaba años conociéndolo y sabía exactamente qué decirle para hacerlo sentir mejor.— Usa unos 10 o 15 minutos al día para poder conectar con tu lobo, háblale, llámalo y conócelo, sean uno, es lo mejor que pueden hacer para poder avanzar de forma favorable para ambos.

Jk sin darse cuenta sintió una lagrima traicionera caer por su mejilla, inconscientemente se sentía presionado de forma horrible con la situación y no se había dado cuenta de cuando necesitaba escuchar unas palabras de apoyo y orientación de parte de un externo a su entorno amistoso, apreciaba demasiado a Minnie y a todo el progreso que había tenido gracias a ella. Así pasaron la siguiente media hora de la sesión conversando de cosas que Jk quería contarle o quería sentirse mejor orientado al respecto, Minnie con atención fue escuchando todo y anotando los puntos importantes para luego comentarle su punto de vista y sus consejos para sobrellevar mejor su ansiedad al momento que volviera a ver al chico nuevamente y no tener un ataque de ansiedad en el intento.

–Eso es todo por hoy, Jk, nos veremos la siguiente semana para que me cuentes cómo vas con el tema y para poder enseñarte más tips de cómo sobrellevar la ansiedad, ¿alguna pregunta o algo que me quieras decir antes de irte? —Jk negó, estaba satisfecho por el avance de hoy.— Entiendo, entonces ve a casa, terminamos por hoy.