unique

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La puerta sonó con tres toques concisos, Tzuyu caminó tranquila mientras dejaba su copa de vino en la mesa de centro que tenía en la sala. Cuando abrió la puerta se encontró a una Sana algo inquieta que llevaba consigo una bolsa de comida.

Tzuyu la saludó con un beso en la mejilla.──Hola, ¿Qué haces aquí tan tarde?──le ayudó con la bolsa que llevaba en las manos y la japonesa cerró la puerta detrás de si, se quitó el abrigo y lo dejó en un sofá.

──Pues... le pedí a mi jefe unos cuantos días de vacaciones, estaba sola en mi apartamento y pensé que sería bueno tener una reunión de amigas, ya sabes, para pasar el tiempo.──se sentó en el sofá, Tzuyu regresó de la cocina con una copa y una botella de vino.

──Ya veo, así que vienes con bastante tiempo disponible.──sirvió el vino y se lo entregó a la mayor, Sana hizo una pequeña reverencia y dio un trago.

──Así es. ──habló con la voz tranquila.

Tzuyu alcanzó su propia copa y la rellenó, después probó un poco, dando un trago más largo que Sana.──¿Y qué quieres hacer? ──se cruzó de piernas y movió la copa de vino en círculos lentos, la japonesa en cambio terminó su copa rápidamente, la dejó en la mesa de centro y jugó con sus dedos.

──No lo sé, hace mucho que no pasamos tiempo juntas. ──se pasó la mano por el cabello y suspiró.

Tzuyu terminó su copa de vino y sirvió un poco más, impresionando a la contraria, después dio un sorbo pequeño y su mirada profunda chocó con la de Sana.──Si te refieres a lo que pienso entonces no te preocupes, aún no he perdido la práctica. ──guiñó un ojo, dejó la copa en la mesita y se puso de pie, entonces le ofreció una mano a la mayor y esta la tomó, siguiendo a Tzuyu por un pasillo recto.

Entraron a la habitación de Tzuyu, cerraron la puerta y Sana se sentó en la orilla de la espaciosa cama, observando como Tzuyu sacaba una caja perfectamente cerrada de entre su ropa.──¿A qué vienes dispuesta? ──preguntó la taiwanesa cuando colocó la caja al lado de Sana y la abrió, la japonesa fijó su mirada en los distintos objetos dentro, entre ellos se encontraba una soga gruesa, consoladores, vibradores, lubricante, vendas para los ojos, mordazas y un cinturón.

Sana suspiró, pensando detenidamente qué era lo que realmente deseaba sentir sobre su cuerpo esa noche, al final después de tanto pensarlo llegó a una conclusión, tomó a Tzuyu por las manos y contestó.──Empecemos con algo tranquilo, después quiero que suba la intensidad poco a poco y hoy quiero que me amarres.──su voz firme hizo sonreír a la taiwanesa, quien asintió a su petición.

Tzuyu dejó la caja sobre una mesa de noche y regresó para sentarse al lado de Sana.──Tus deseos son mis órdenes.──acarició sus mejillas y ambas se acercaron para besarse, la coreana cerró los ojos, dejándose llevar.

Ambas sin pensarlo mucho volvieron el beso húmedo, sumando sus lenguas a la acción con un baile lento que ambas conocían perfectamente. Tzuyu sostuvo con fuerza la cintura de Sana.──Quítate toda la ropa. ──ordenó.

Sana se puso de pie y acató la orden, comenzando a quitarse la ropa lentamente, Tzuyu hizo lo mismo y pronto ambas estaban desnudas, Tzuyu volvió a sentarse y dio pequeñas palmadas sobre sus muslos.──Ven pequeña, siéntate. ──ordenó de nuevo, Sana comenzó a sentir un hormigueo en todo su cuerpo por la expectativa, acompañado de un calor que pronto se instaló en su vientre.

Caminó sin oponerse, tomó asiento colocando sus piernas sobre la cama, a ambos lados de las de Tzuyu, su centro húmedo quedó sobre el muslo izquierdo de su amiga y envolvió sus brazos al rededor del cuello contrario.

Tzuyu la tomó por la cintura y volvieron a besarse, retomando el ritmo que tenían con anterioridad, ambas sintieron el calor elevarse entre ambas. Tzuyu bajó sus manos a las caderas de Sana en cuanto la sintió moviéndose de enfrente hacia atrás, frotando su vagina contra la piel de su muslo.──Mantén ese ritmo. ──susurró en medio del beso, la coreana no contestó nada, pero siguió con sus movimientos.

lucid | satzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora