Cingulomanía

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Cuando empezamos a conocernos
noté que había algo especial en él:
Sus abrazos.

No era el hecho de abrazarme
Era el hecho de que siempre
quería hacerlo
¿Y cómo decirle que no?
Si sus abrazos eran los mejores
del mundo,
¿cómo negarme?

Si él estaba feliz, me abrazaba
Si él estaba triste, me abrazaba
Si él estaba enojado, era seguro que me abrazaba para calmarse.

Ya no era solo su presencia tranquila
No era solo sus sonrisas
Ni siquiera solo sus palabras
También eran sus brazos,
cálidos, cómodos y reconfortantes.

Yo podía ser una dura, amarga, insensible
Pero con él todo era diferente
Siempre quería ese abrazo
Y, a veces, hasta uno más...

Un día me atreví a preguntarle
el por qué de sus constantes muestras
de afecto
Y él me respondió:

"En un momento estás y al otro no,
un día puedes despertar y al otro puedes dormir para siempre.
Las personas vienen y van,
así que no sabes cuál será su
último suspiro.
Prefiero mostrarles mi amor
en todo momento.
Me gusta el sentir que los tengo en
mis brazos unos segundos,
que estarán conmigo
y no se irán.
La vida es corta.
Abrazar me hace sentirla más feliz".

Me quedé pensando en sus palabras
Tenía cingulomanía, eso era seguro
Solo que... me gustaba así.

Cingulomanía: Fuerte deseo de
tener a una persona
en brazos.

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