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Los atardeceres pueden ocultar rivalidad

Dos semanas.

Han pasado dos eternas semanas desde la ultima vez que vi a Asher y a Ixael. A diferencia de ellos he pasado mucho tiempo con Alberth que nos la pasamos viendo películas.

- ¿Porque no lo llamas? - Ellie sugiere a través del teléfono.

- No tengo su número.

- A ver - Une sus manos pensativa, analizando la Situación - Tuviste una noche salvaje con él y no tienes su número.

Alza sus cejas incrédula y yo me ruborizó.

- No tuve una noche salvaje con él.

Aclaro, pero algo que tenga mi mejor amiga es que ella es una persona muy persistente.

- Angeline no recuerdas nada - agrega - Un hombre cuando pasan la noche con ellos y no se acuerdan les lastiman su ego. Por esa razón no te a buscado mas.

Tiene razón y me siento mal por no recordar nada.

- Bueno Li, Tengo que entrar en clases, te marco al rato.

Se despide y cuelga su teléfono.

Voy a la cocina por un vaso de agua, y puedo notar que he estado tomando mucha últimamente.

Tomo una ducha y decido salir un rato, los atardeceres se ven muy bonitos.

Camino sin rumbo hasta que me doy cuenta que estoy frente a la cafetería de Claudine.

Entro y ella me recibe con una sonrisa como lo hizo la primera vez.

- Cariño...

Se acerca y me envuelve en un abrazo de oso.

- Tiempo sin verla - Me guia hasta una de las mesas cerca de la ventana. - voy a ordenar un..

- Latte de vainilla - Me sorprendio que recordara cual es mi favorito - Tienes que recordar las cosas favoritas del cliente cuando llegas por primera vez.

Me da ultima sonrisa y se va, miro mis redes sociales un rato.

La campana que indica que llega un nuevo cliente suena, revelando a alguien que no espere encontrar aquí.

Ixael con ropa deportiva y un portátil en sus manos se acerca a Claudine para pedirle algo.

Luego se adentra a buscando asiento, sus ojos grises se encuentran con los mios y sonrie.

Se acerca a mi y se sienta frente de mi. Al notar eso lo miro extrañada.

- Pensé que no te gustaba el café- Alzo una ceja recordando aquella vez que dejo la nota diciéndolo.

- Vaya no sabia que era cafetería que sirvieran solo café - recalca - Pensé que también servían Té y jugos naturales.

Se encoge de hombros

- ¿Y no te parece que hay muchos asientos disponibles para haberte sentado en este? - Pregunto irritada.

Coloca el portátil sobre la mesa y lo abre. Al pasar unos segundos me mira con cansancio junta sus manos sobre la mesa.

𝙇𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙩𝙚 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙖 𝙙𝙚𝙡 𝙖𝙡𝙢𝙖, 𝑼𝒏 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒆𝒏𝒇𝒆𝒓𝒎𝒊𝒛𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora