La atracción del peligro

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Aurora se movía con elegancia, los colores de la luz del sol se filtraban bajo aquel salón. Había algo terapéutico en perderse en su mundo de formas y tonalidades, un escape de la realidad. Pero hoy, su mente estaba inquieta. El ballet que solían calmar su espíritu era interrumpido por un latido sordo, una sensación de ansiedad que no podía explicar. Xavier.

Lo había conocido hace apenas un mes, en una de sus presentaciones de ballet a las que solía asistir como protagonista principal, Él no parecía encajar allí. Mientras los otros asistentes charlaban en susurros y lucían atuendos cuidadosamente elegidos, Xavier se destacaba, con su chaqueta de cuero negra, su actitud desinteresada y esa mirada intensa que parecía atravesarla desde el primer momento. Algo en él la había atraído, quizás esa energía oscura que emanaba o el misterio que cargaba en cada palabra que decía.

Pronto, lo que comenzó como una conversación casual, se convirtió en algo más. Un café aquí, una copa allá, y sin darse cuenta, Aurora se vio atrapada en el torbellino que era Xavier. A su lado, el baile, su verdadera pasión, comenzaba a palidecer en comparación con las emociones que él despertaba en ella. La mezcla de deseo, curiosidad y, sí, quizás un poco de miedo. Había algo en él que no cuadraba del todo. Su mirada se oscurecía cuando hablaba de ciertos temas, y las respuestas a sus preguntas a veces eran vagas, como si estuviera ocultando algo. Pero Aurora no podía detenerse. Xavier era peligroso, lo sentía en sus huesos, y, sin embargo, esa era parte de la atracción.

Hoy, mientras bailaba, la tensión entre su mundo artístico y su relación con Xavier comenzaba a asfixiarla. Sentía que cada vez que estaba con él, una parte de sí misma se alejaba de su pasión, de esa pureza y amor que siempre la había guiado. Xavier la llevaba a lugares que nunca había imaginado, donde las líneas entre lo correcto y lo incorrecto se desdibujaban. Pero, al mismo tiempo, su pasión, ese espacio sagrado que tanto amaba, comenzaba a sentirse distante.

Esa noche se encontraron en el bar clandestino que Xavier frecuentaba. Él la esperaba en una esquina, con su copa de whisky en la mano y esa sonrisa traviesa que me hacía sentir vulnerable. Al acercarme, note algo extraño en el ambiente. Los hombres en el bar parecían observarnos más de lo normal, y la conversación en el aire estaba cargada de una tensión palpable.

—Te ves hermosa —dijo Xavier mientras me envolvía con un brazo firme, tirándome hacia él.

—Gracias —respondí intentando sonreír. Pero no pude evitar notar la mirada de un hombre que estaba cerca de la barra. Me observaba fijamente, como si supiera algo que yo no.

—Xavier, ¿quiénes son esos tipos? —pregunte en voz baja, señalando disimuladamente con la cabeza hacia los hombres que no dejaban de mirarme.

—No te preocupes por ellos, no te harán nada —dijo él, apretando un poco más su brazo alrededor de mí. Su voz era tranquila, pero había algo en su tono que me inquietaba.

La conversación continuó, pero el malestar que sentía solo crecía. Después de un rato, me excuso para ir al baño, necesito un momento para aclarar mis pensamientos. Mientras cruzaba el bar, mi teléfono vibró en mi bolso. Es un mensaje de Elena, mi mejor amiga.

"bb tenemos que hablar. Hay algo raro en ese tal Xavier. No quiero alarmarte, pero escuché algo preocupante de él hoy".

Mi corazón dio un vuelco. ¿Qué sabía Elena? ¿Era esto lo que ella había estado sintiendo? Me miró en el espejo del baño, mi rostro pálido contrastando con el color intenso de mi labial rojo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Quién era realmente Xavier? Había señales, pequeños detalles que había ignorado o decidido no ver. Pero ahora todo parecía encajar, como piezas de un rompecabezas que había estado tratando de evitar armar.

Decidí regresar al bar, pero no veo a Xavier por ningún lado. Miró a mi alrededor, buscándolo entre la multitud, cuando de repente siento una mano en mi hombro.

—Tenemos que irnos — me dijo Xavier en voz baja, su expresión grave, muy distinta de la sonrisa despreocupada de antes.

—¿Qué pasa? —preguntó y siento mi pulso acelerándose.

—Te lo explicaré después. Vámonos.

Sin más palabras, la llevó rápidamente hacia la salida trasera del bar. En ese momento, Aurora supo que su intuición no había estado equivocada. Estaba enredada en algo más grande de lo que había imaginado. La atracción por el peligro que había sentido desde el principio ahora se materializaba frente a ella. Pero, ¿estaba lista para enfrentar las consecuencias de haber seguido a Xavier tan de cerca?

Mientras se alejaban bajo la lluvia, Aurora no podía dejar de pensar en su amor por el ballet , en la vida que había tenido antes de c

Doncella de la Mafia 🌙🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora