Propuesta Laboral - Pablizza

𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒

Marizza Andrade es una joven con una vida algo desorganizada. Trabaja como asistente en una gran empresa para poder sobrevivir, aunque nunca se ha sentido realmente a gusto con su empleo. Su verdadero deseo es encontrar algo que la apasione, pero, mientras tanto, se mantiene firme en su trabajo, tratando de no llamar la atención.

Por otro lado, Pablo Bustamante es el CEO de la empresa donde Marizza trabaja ''Bustafood'' . Es conocido por su carácter frío, su perfeccionismo y su éxito empresarial. Su abuelo y los accionistas están desesperados por verlo casado para estabilizar su vida personal y su imagen pública, pero Pablo no tiene el más mínimo interés en el matrimonio. Manuel Aguirre quien es su fiel amigo, asistente personal y director de su empresa, lo acompañará en su gran cita inesperada que planeará su Abuelo Marcel Bustamante. 

La historia da un giro inesperado cuando la mejor amiga de Marizza, Mía Colucci, se enfrenta a una cita a ciegas organizada por su familia, específicamente por su estricto padre. A Mía no le interesa en absoluto conocer a alguien bajo estas condiciones y, desesperada, recurre a Marizza con una propuesta inusual: que vaya en su lugar a la cita, haciéndose pasar por ella. Mía, consciente de la falta de dinero de Marizza, incluso le ofrece una considerable suma para que acepte.

Aunque al principio Marizza se niega rotundamente, argumentando que es una locura y un riesgo demasiado grande, termina aceptando la oferta, en parte porque su amiga le ruega y, en parte, porque realmente necesita el dinero. Lo que Marizza no sabe es que la persona con la que se va a encontrar no es cualquier hombre, sino su jefe: Pablo Bustamante.

Lo que comienza como una simple sustitución para ayudar a una amiga se convierte rápidamente en algo mucho más complicado. En la cita, Marizza hace todo lo posible por ahuyentar a Pablo con su comportamiento alocado y exagerado, pero en lugar de alejarlo, Pablo queda intrigado por su personalidad. Tras esa inesperada reunión, Pablo le propone un trato: que se haga pasar por su novia durante unas semanas para alejar la presión familiar y empresarial de su vida.

Marizza, atrapada en un caos emocional y laboral, se ve obligada a aceptar, lo que la lleva a una serie de situaciones comprometedoras y momentos inesperados que desafiarán tanto sus sentimientos como su propio sentido de identidad. A medida que pasa más tiempo con Pablo, comienza a darse cuenta de que lo que era solo una farsa podría estar convirtiéndose en algo real, pero el miedo a ser descubierta como empleada de su propia empresa amenaza con destruirlo todo.

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Marizza estaba sentada en su pequeño departamento, terminando de preparar una taza de té cuando su teléfono comenzó a sonar sin cesar. Al ver el nombre de Mía en la pantalla, suspiró. Sabía que, cuando su mejor amiga la llamaba tan insistentemente, significaba problemas.

—¿Qué pasa ahora? —preguntó Marizza, apenas contestando la llamada.

—Marizza, ¡por favor, necesito tu ayuda! —la voz de Mía sonaba desesperada—. Mi papá me ha organizado otra de esas citas ridículas con un tipo millonario, y no puedo ir. ¡No quiero ir! Tú sabes cómo odio esto.

Marizza se recostó en el sofá y arqueó una ceja, divertida.

—¿Y qué se supone que haga yo, Mía? ¿Secuestrarte para que no te obligue a ir?

—No, no. Mejor aún —replicó Mía con entusiasmo repentino—. Quiero que vayas en mi lugar.

Hubo un silencio incómodo antes de que Marizza soltara una carcajada.

—¡Estás loca! No voy a ir a una cita haciéndome pasar por ti. Tu papá me mataría si se entera.

—Por favor, Marizza. Te lo ruego. No puedo enfrentarme a otro hombre aburrido que solo quiere impresionar a mi papá. Tú solo tienes que ir, decir algo escandaloso, comportarte mal y así lo asustas para que nunca más quiera verme.

Marizza suspiró profundamente, pero antes de que pudiera rechazar la idea, Mía lanzó su oferta más convincente.

—Te pagaré. Sé que has estado corta de dinero este mes. Te daré lo que necesitas para ese viaje que tanto quieres hacer. Por favor, Marizza... lo necesito.

Marizza frunció el ceño. El viaje que había estado posponiendo durante meses por falta de dinero era su único escape de la rutina. Pensó en su cuenta bancaria vacía y en cómo ese dinero podría ayudarla a salir del aprieto.

—Está bien, está bien —aceptó finalmente, con resignación—. Iré por ti, pero solo esta vez. Y espero que me pagues bien por el riesgo.

Mía soltó un chillido de alegría.

—¡Gracias, gracias! ¡Eres la mejor, Marizza! Sabía que podía contar contigo.

Marizza colgó el teléfono, sintiendo un leve malestar en el estómago. No podía dejar de pensar en lo que estaba a punto de hacer: mentirle a un extraño y fingir ser alguien que no era. y aunque ya lo había hecho antes sentía que lago iba a salir mal; Pero, al mismo tiempo, no podía permitirse rechazar la oferta de dinero. Con un suspiro resignado, comenzó a planear su transformación en "Mía Colucci" para esa noche.