Diario de un no Deprimido

Capitulo 1 -Un Omega-

¡Una vez más!

—Un hombre alto con muchas cicatrices y unos ojos gélidos miraban al pequeño chico que parecía exhausto respirando con mucha dificultad tocándose el pecho.—

¡Dije que una vez más Jake!

—Una fuerte patada en el estómago dejaba aún más sin aliento al peli azul.—

Eres solo un simple Omega, debes compensar tus defectos al menos.

—Otra fuerte patada iba directo al joven tirado en el suelo quien con pocas fuerzas esquivo aquel golpe viendo como el piso se agrietaba dirigiendo ahora él un golpe certero en el cuello de su abuelo haciéndole retroceder.—

Jajaja eres tan patético, no quiero perder más el tiempo contigo pero no tengo opción, eres la línea más directa.

—Los ojos del pequeño Omega solo reflejaban vergüenza y una gran desolación ante cada palabra hiriente.—

Lo siento abuelo Jensen en verdad lo intento.

—Una fuerte bofetada resonaba en la habitación seguido de un escupitajo al suelo.—

Nosotros jamás pedimos perdón, eso solo se le deja a los débiles y poco inteligentes, ¿Por qué no puedes entender que nuestro linaje de Alfas dominantes corren por tus venas?

—Masajea su cabeza viendo el cielo tratando de entender como algo tan débil pudo salir de su familia.—

Sino mejoras tendré que considerar a James para ocupar tu puesto, eres desechable así que no me lo hagas tan fácil.

—Ahora sus dedos le daban duros toques empujándolo hacia atrás viéndolo directo a los ojos esperando a que llorase como había echo cuando era pequeño viendo como aquella mirada solo demostraba una tristeza profunda.—

Mañana vendrá alguien que te entrenará, tal vez si dejas de lado las niñerías podrás sobrevivir.

—El pequeño peli azul tiembla imperceptible, sabiendo perfectamente a lo que su abuelo se refería.—

Prometo dar lo mejor de mi abuelo.

—Agacha el rostro en símbolo de respeto retirándose sin darle la espalda mientras que los sirvientes abren las puertas dejándole irse, fuera del lugar solamente corre a su habitación a encerrarse con llave tomando su pecho en medio de un ataque de pánico viendo absolutamente todo en negro y rojo.—

Ugh...

—Fuertes arcadas se acumulan en su boca teniendo que desechar todo aquello que tenía en el estómago temblando de inmediato perdiendo los sentidos quedando tendido en el frío suelo—

¿Joven maestro?

—Una chica de cabellos rojizos tocaba la puerta y al no escuchar respuesta apresura a sacar el juego de llaves para abrir la habitación notando el pequeño cuerpo tirado en el suelo llamando a los demás para recogerlo y dar instrucciones de bañarlo y cuidarlo, retirándose al dejar las órdenes.—

Dime la verdad Ellie, ¿Tan mal está?

—La chica se encontraba en la oficina principal donde aquel hombre imponente descansaba fumando un cigarro tratando de no temblar ante las feromonas peligrosas que estaba liberando.—

Su manifestación como Omega se está complicando cada día más, no es normal, es débil Señor.

—La poca luz que emanaba del cigarro dejaba ver unos ojos azules gélidos con toques de maldad.—

Llama a ese hombre, tal vez de ese modo sea la única manera de que quiera liberar su instinto asesinos y no se limite tanto.

—La pelirroja se inclina dándole una reverencia saliendo apresurada a llamar a aquel hombre alfa con el contacto en su celular.—

Si puedes matarlo te estaré eternamente agradecida Thomas Reed, te daré todo en bandeja de plata.

—Su figura se pierde en el pasillo dejando escuchar sus pasos seguros en medio de una sonrisa siniestra.—