La normalidad de la desesperanza

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Descuida es temporal 

La habitación estaba bañada en una cálida luz, cada rincón iluminado con una suave intensidad

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La habitación estaba bañada en una cálida luz, cada rincón iluminado con una suave intensidad. Las paredes, el techo y los muebles estaban pintados de un delicado rosa pastel, creando un ambiente dulce y acogedor. La protagonista, aún adormilada, abrió los ojos lentamente, como si estuviera saliendo de un profundo sueño. Se estiró en la cama, arqueando la espalda y extendiendo los brazos sobre la cabeza.

Espera ¿con que estaba soñando?


De repente, el despertador que estaba en la mesita de noche comenzó a sonar, rompiendo la tranquilidad de la habitación. La protagonista se sentó en la cama, aún con los ojos medio cerrados, y extendió la mano para apagar el despertador. El sonido estridente cesó, y la habitación volvió a sumirse en el silencio.

Recuerdo que me sentía atrapada con el calor incesante y que estaba rodeada de plástico o recortes de cartón 

La protagonista se frotó los ojos, tratando de despejarse. Se sentó en la cama, con las piernas colgando sobre el borde, y miró alrededor de la habitación. El rosa pastel de las paredes y los muebles parecía aún más intenso en la luz de la mañana, creando un ambiente cálido y reconfortante.

Y las raices de mis encias me empujaban los dientes 


 se puso de pie y caminó por su cuarto, estirando sus piernas y brazos. Se detuvo frente a un calendario que colgaba en la pared, y su mirada se fijó en una fecha en particular. Era el día de hoy, y ella misma había escrito con letras grandes y negras: "Primer día del infierno".

Miró el calendario con resignación, como si supiera que no podía evitar lo que estaba por venir. Sus hombros se hundieron ligeramente, y su expresión se volvió sombría. Parecía que estaba aceptando su destino, y que no había nada que pudiera hacer para cambiarlo.

Mientras me adentro en las que inevitablemente serán los peores años de mi vida 

Se inclinó hacia adelante y tomó un plumón de la mesa que estaba debajo del calendario. Con un gesto delicado, dibujó un corazón pequeño y perfecto sobre el día. 

 

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"K-12: La Historia Detrás de la Cámará"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora