"Sanando Mis Espinas" Stolas Goetia/Blitzo Buckzo -¡Oneshoot!

¡Unica parte!

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Stolas, buho de cuatro ojos carmesís,
Con esos sentimientos tan profundos y colaterales,

Obligado a mantener una vida aparentemente perfecta,
Obligado a engendrar a un heredero
Ese principe ilusionado con amar y vivir,

Después de todo lo sucedido con Blitzo, aquel imp trabajador se había convertido en una parte fundamental de la vida del Goetia, y dejarlo ir había sido una tarea realmente dolorosa.

Con la partida de Blitzo, el Goetia sintió que había perdido una chispa de ilusión en su vida, como si el color se hubiera desvanecido de su mundo. Intentó numerosas formas de seguir adelante, pero cada esfuerzo parecía en vano, y poco a poco comenzó a refugiarse en sus propios sentimientos, ocultando lo que realmente sentía en una gran bóveda de piedra en su corazón.

Pasaron los meses, y con cada día que transcurría, el Goetia se encontró lidiando con esos sentimientos confusos y extraños que lo atormentaban. Aprendió a adaptarse, a intentar estar "mejor" en su vida cotidiana, a buscar formas de reconciliarse con la parte de sí mismo que había quedado herida. Pero esa lucha interna no era fácil, y aunque intentaba distraerse, siempre había un eco de tristeza en su mente.

De repente, sintió un leve toque en su hombro. Era su pequeño mayordomo, que, con una voz firme, comenzó a hablarle sobre algo importante. La intensidad de su voz logró romper la burbuja que había creado a su alrededor, obligando al Goetia a salir de su ensimismamiento y a enfrentar la realidad que tanto había estado evitando.

—Señor Stolas, alguien parece desesperado tocando su puerta.
Dijo el sirviente mientras cargaba una pequeña pila de papeles arrugados.

—Dejalo entrar;me encargare yo mismo.

La mirada de Stolas quedo en blanco cuando miro quien se encontraba atras de esa puerta de roble.

El diablillo rojo se encontraba parado, con los ojos sumamente abiertos, desbordando una mezcla de sorpresa y angustia. Pequeñas lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos, resbalando por sus mejillas de forma casi involuntaria.

Sin poder contener sus emociones, rápidamente se lanzó hacia adelante y abrazó la pierna de Stolas con toda la fuerza que su diminuto cuerpo podía reunir.

Su voz, apenas audible, murmuraba incoherencias entre sollozos, palabras entrecortadas que parecían escapar de su suave boca como si cada una de ellas llevara consigo un torrente de sentimientos reprimidos.

La expresión de su rostro era un reflejo de su vulnerabilidad, una manifestación palpable de la conexión profunda que sentía en ese momento, buscando consuelo en la figura que admiraba y temía a la vez.

—Stols,y-yo realmente t..te extrañe,no sabes lo mucho que me arrepiento- Escuchame por favor..

Dijo el pequeño demonio,sus ojos acuosos inlumbraban el cielo oscurecido, limitado a soltar apodos cariñosos.

El imp parecía destrozado, completamente abatido por todo lo que había ocurrido.

Sus ojos, hundidos y rodeados por prominentes ojeras, hablaban de noches sin descanso y de un desgaste emocional profundo.

Su ropa, desgastada y rota, colgaba de su cuerpo de manera desaliñada, mientras que su piel estaba cubierta de suciedad, como si hubiese estado vagando sin rumbo durante días.

La imagen de aquel pequeño ser, normalmente lleno de energía, era ahora la de alguien que había perdido toda esperanza y alegría.

Stolas, al observarlo en ese estado, sintió una oleada de compasión que lo impulsó a actuar.

Con un gesto decidido, abrió las puertas de su palacio y permitió que el imp entrara, ofreciéndole un refugio temporal del dolor que llevaba consigo. No se detuvo ahí; rápidamente fue a buscar un delicado trapo de seda, un gesto que no solo buscaba limpiar la suciedad de su piel, sino también devolverle un poco de dignidad.

Stolas sabía que, aunque el imp estaba roto por dentro, un pequeño acto de amabilidad podría ser el primer paso para ayudarlo a recomponerse.

—Blitz, ha pasado un tiempo largo... ¿Que te trae a este lugar? Pense que no deseabas saber nada de mí.

Menciona el buho de pelaje violeta sin entender la repentina visita del chico a sus aposentos.

—Stolas,he sido una mierda de persona contingo,no valore lo cerca que te tenía y huí de mis sentimientos como un gran cobarde ,por favor perdoname, me di cuenta tarde pero, no puedo ocultarlo más, yo realmente te amo, quiero demostrarte lo mucho que me preocupo por tí , lo decido que estoy para que puedas ver en lo que me equivoque, quiero estar contingo, no solo sexualmente, estar contingo romanticamente, acurrucarnos y besarnos y admitir que he sido un idiota todo este tiempo.

Stolas se queda paralizado cuando oye dichas palabras salir de la boca de Blitzo y solamente se agacha para abrazarlo,pensando en como formular los siguientes movimientos que el daría.

—Blitz,eres un gran amante cuando te lo propones, un hombre trabajador,soñador aunque tu lo niegues, pero debes entender algo;

Esto no esta bien,tu no valoraste mi amor cuando lo tuviste, priorisaste tus sentimientos a que los nuestros en conjunto y simplemente nos dañamos, creeme que este proceso me ha llevado tiempo aceptarlo,pero no debemos estar juntos, no puedo permitirlo, creo firmemente que cambiaste y te perdono , pero eso no significa que no recuerde todo lo que sucedio, tienes que aprender a amarte a ti mismo , si no ¿Como daras amor a los demas?

Blitzo se limitó a llorar, sumido en una tristeza abrumadora que parecía no tener fin. Su cuerpo temblaba con cada sollozo, y las lágrimas caían incontrolablemente, dejando marcas en su rostro. Stolas, al verlo en ese estado, se acercó con suavidad y lo abrazó con ternura, envolviéndolo en un cálido refugio.

El imp no se apartó de su agarre; en cambio, se aferró a Stolas con desesperación, como si abrazo duera la unica ancla en su tormenta.

Mientras Blitzo continuaba llorando, Stolas comenzó a sentir que sus propias lágrimas también amenazaban con salir, como si la profunda tristeza del imp resonara en su propio corazón.

A medida que las lágrimas de Stolas se mezclaban con la tristeza de Blitzo, la escena se transformaba en una dulce y agria tragedia.