El poder del autoplacer

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Ximena se aventó a su cama para poder desahogarse como era debido, ya que durante el trayecto del lugar donde trabaja hasta su casa se mantuvo muy seria y firme, seguramente luchando por no revelar lo que en verdad sentía.

Debía dolerle mucho que nuevamente la hayan rechazado y más que el chico que le gustaba prefirió salir con una de sus amigas del trabajo.

Incluso para mí, esa experiencia de haber estado en su lugar, no sabría que debería haber hecho en ese momento, quizás por primera vez me alegre de ser su calzón en vez de una persona.

Ya en su cama, Ximena estuvo llorando un rato, movía las piernas de arriba a abajo, pero eso solo hacía que me metiera más entre sus nalgas, sentía que estaba por estallar por lo apretado que estaba en su raya trasera.

Pero con unos segundos después, se detuvo para respirar, pronto sentí como su cuerpo se fue tensando y sin previo aviso su mano comenzo a tocar su vagina, empujandome contra la misma, por suerte aún estaba seca pero no duró mucho porque enseguida se comenzó a humedecer, ella no dejaba de tocarse de arriba para abajo, en círculos, incluso hizo un movimiento que no sabia que existía pero al parecer era muy efectivo porque la hizo gemir muy fuerte, en eso Ximena ya no pudo evitarlo más y metió si mano por debajo de mi para tocar su vagina directamente aunque no me bajo para nada, así que su mano se estaba apoyando en mi, lo cual fue mejor que estar directamente contra su vagina ya mojada, pero tenia la mejor vista, como si estuviera en primera fila para ver como Ximena se masturbaba.

Se veía muy bien, aunque no comprendía el porque lo hacía, cuando a uno le rompen el corazón no creo que enseguida haga eso o quizás era algo de mujeres.

Ella seguía gimiendo y perdiendo el control, podía sentir como le volvían a sudar las nalgas, aunque yo estaba más metido aún entre sus nalgas ya que al meter su mano me estiró para el frente, en consecuencia me jalo hacia enfrente, metiéndome más.

Ximena ya no parecía estar conciente, más bien parecía estar poseída, en eso siguió tocándose de maneras que nunca había visto que se tocará una mujer, no sabía en verdad cuenta experiencia podía tener esa chica.

Sin embargo, de golpe me tomo de los extremos al quitar su mano de su vagina y me medio bajo, justo antes de que se viniera aunque una buena parte de su líquido interior me cayó encima, pensé que en eso iba a terminar, porque se dejo caer en la cama, pero enseguida se recuperó luego de tomar un vaso con agua.

-Donde está ? , dónde está ?

Se dijo así misma, mientras buscaba algo entre sus cajones, pero parecio que no lo encontró.

Así que se levantó con cuidado para revisar un mueble más apartado del cual saco un cepillo de dientes eléctrico.

-Habra que improvisar, que ya no aguanto.

No entendí bien para que era eso, pero si aún no me subía para cubrirse la vagina, ya me podía dar una idea de cómo lo iba a usar.

Sin esperar un segundo más se volvio a acostar en la cama.

-Esto es lo que te pierdes, idiota

Dijo Ximena al meterse el cepillo de dientes por la parte del mango, al interior de su vagina, lo metía y sacaba sin parar

-Acaso no te gusta.

Gritaba entre algunos gemidos, no se si estaba por volver a llorar o estaba muy agitada.

-Estoy muy buena, soy la mejor opción, idiota, mi vagina está muy estrecha, no lo crees.

Menciono algunas cosas que quizás no necesitaba saber pero ahora sabía que ella era de las estrechas, sin más, ella se seguía introduciendo el cepillo como loca, hasta que en cierto punto lo encendió para que comenzará a vibrar, incluso yo sentía la vibración que generaba, hasta sus piernas.

No podía creer cuánta potencia tenía ese cepillo para el lavado de dientes, pero el ver como sus muslos se ñe mpvian ppr la misma bibracion me parwcio muy sexy y podria disfeitat de esa visyab.

-Dame más, dame más duro, vamos

Seguía gritando Ximena, al meter y sacar el cepillo ya encendido, simulando que algún chico estuviera con ella en ese momento.

-Vamos, no te deteng...

Se quedó a media frase ya que soltó un fuerte gemido, aún no podía creer lo que veía y escuchaba, la hermana de Laura era una pervertida de pies a cabeza, aunque también pudo volverse así por todo el tiempo que lleva de soltera o por no haber tenido sexo en mucho más tiempo, no creo que fuera virgen ya que esos comentarios no eran de una virgen, pero no podía asumir nada.

-Ya me voy a venir.

Grito al mismo tiempo que al sacar el cepillo, volvió a sacar sus líquidos un poco pegajosos sobre mi, Ximena ya solo se quedó boca arriba mirando el techo de si cuarto, al parecer se había quedado sin aliento y sumando el casación del día se le terminaron las energías pata seguir haciendo sus cosas de auto placer.

Ya no levanto ni un solo dedo de ahí una vez que se vino encima, ahí se quedó sin limpiarse su vagina, dejando la mitad de su cama mojada.

Hasta que finalmente se quedó dormida, en ese momento entendí que en verdad estaba ardida de que no la eligieran a ella para tener sexo.

Pero quizás ya en un futuro le llegue alguien que si quiera tener sexo con ellas, ya que por lo que ví, si lo vale.

Pronto, también decidí dormir para reponer energías para un nuevo día, por la mañana, Ximena seguía estando igual, que cuando se durmió, escuchaba algubos pasos muy fuertes que se dirihian a la habitacion y en eso enteo Laura muy enojada.

-Esto es mío, estúpida.

Grito Laura mientras me tomaba de entre las piernas de su hermana, Ximena no dijo nada ya que apenas estaba medio despertando, al punto que ni se dió cuenta que ya no tenía calzones.

-mas te vale que no te hayas masturbado con mis calzones, pervertida.

Dijo Laura al salir muy molesta del cuarto de su hermana, en eso me tomo para olerme y comprobó que si olía algo mal por culpa de Ximena, por lo que nuevamente me lavaron para ponerme a secar, solo que Ximena no se apartó de ahí.

El dia que reencarne como el calzón de mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora