"¡por favor enséñame como complacer a una mujer!"
"¿eh?"
(...)
El trabajo últimamente ha sido tedioso y agotador. A veces pienso en dejarlo, pero la idea de buscar otro, pasar por entrevistas nuevamente, me aterra.
Ring, ring.
El sonido de mi celular interrumpió mis pensamientos. En la pantalla apareció el nombre "Len". Me sorprendió ver que estaba llamando, ya que casi nunca lo hacía, siempre prefería enviarme mensajes de texto.
"¿Qué sucede?" pregunté al contestar, extrañada por la urgencia.
"Ven a mi casa ahora mismo, en 30 minutos debes estar aquí" dijo con una seriedad inusual, antes de colgar sin darme tiempo de responder.
Miré la hora en el celular: 6:22 p.m. Su casa no quedaba lejos del centro, así que decidí cambiar mi rumbo y dirigirme allí.
Llegué rápidamente, y sin pensarlo mucho, abrí la puerta y subí las escaleras hasta su habitación. Había estado entrando en su casa desde que éramos niños, así que las formalidades entre nosotros ya no tenían sentido.
Cuando abrí la puerta de su cuarto, ahí estaba él, sentado sobre sus piernas en el suelo, con una expresión seria.
"Siéntate" dijo Len, con una mirada que nunca había visto en él.
A pesar de sentirme algo inquieta, me senté frente a él, cruzando las piernas. Nos quedamos mirándonos a los ojos por unos segundos, antes de que Len bajara la cabeza de golpe.
"Por favor... enséñame cómo complacer a una mujer."
Mis ojos se abrieron de par en par, y sentí que el rubor se apoderaba de mi rostro.
"¿Eh?" fue lo único que pude articular.
"Por favor, Miku, necesito que me enseñes" repitió, manteniendo la cabeza baja, su voz cargada de seriedad.
"¿P-pero por qué? Eso sería raro" respondí, aún en shock. Además, no sabía cómo lidiar con esta situación. Len siempre había sido impredecible, pero esto estaba a otro nivel.
"Quiero hacerlo bien cuando llegue el momento... cuando deba tener sexo" declaró con una franqueza que me dejó helada. Sus ojos, ahora fijos en los míos, reflejaban una determinación que solo hizo que mi nerviosismo creciera.
Mi mente se aceleró. ¿Estaba bromeando? Era difícil saberlo con Len siempre había sido algo extraño, incluso cuando éramos niños. Tal vez solo estaba jugando conmigo.
"Está bien," dije, tratando de seguirle el juego.
Para mi sorpresa, Len se inclinó hacia mí, cerrando los ojos, con los labios formando un pequeño puchero. Mis pensamientos se congelaron cuando sus labios rozaron los míos, y, por instinto, puse mi mano entre nosotros para detenerlo.
"¡Espera!" lo aparté ligeramente, mi voz temblaba. "¿Estás hablando en serio?"
Len me miró fijamente, con la misma expresión seria de antes. "Sí, Miku. Eres la única persona en la que confío para esto."
Mi mente se nubló, no sabía qué pensar. Len confiaba en mí, y eso pesaba sobre mis hombros. No era como si odiara la idea de besarlo, pero... tener que enseñarle cómo tener sexo, eso ya era algo completamente distinto, incluso siniestro. Sentí una mezcla de incomodidad y confusión.
"Len," comencé, intentando encontrar las palabras adecuadas. "Esto... esto es algo muy personal, no sé si debería ser yo quien te enseñe."
Él levantó la cabeza y me miró con esos ojos azules tan sinceros, llenos de determinación y un toque de vulnerabilidad que rara vez mostraba. "Por favor, Miku. No sé a quién más acudir. No quiero fallar cuando llegue el momento. Tú eres la única persona en la que confío para algo tan importante."
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¡Enséñame! | LenKu
FanficMiku pensaba que nada podía sorprenderla de su amigo de toda la vida, Len, hasta que una llamada inesperada cambia todo. Jamás hubiera imaginado escuchar esas palabras salir de su boca. Finalizado