Introducción
Qué calor que hace hoy! Por favor! Es el día más jodidamente húmedo y caluroso de todo el verano. Febrero está siendo implacable este año.
Mis padres no podrían haber elegido un peor día para ir a Santa Fe, la capital de la humedad, como me gusta decirle.
Argentina es un horno estos días. El desierto del Sahara es la Antártida, comparado con Santa Fe. Hoy la temperatura llegará a 41°C y la térmica a casi 50. Parece una película post apocalíptica y el aire acondicionado del auto no da a basto.
Llegamos al departamento al mediodía y bajar las cosas fue una verdadera pesadilla. Todo mi cuerpo es una sola gota de sudor haciendo que esté toda pegajosa.
Golpeo antes de entrar, porque todavía no lo siento como mío. Es la primera vez que piso ese lugar y mis compañeros, que ya hace varios días que llegaron, pueden sentirse incómodos, invadidos.
- Pasá. Me dice una chica menudita y pelirroja.
- Soy Clara, vos debés ser Mariana. Entren, entren, que el calor que hace es insoportable. Continúa, haciéndonos un gesto con la mano de que entremos.
- Tenés llave? Me pregunta, mientras les indica a mis padres dónde está nuestra habitación.
- Si, pero me dio vergüenza entrar así nomás. Digo mirando al suelo.
Me da una palmadita en la espalda y se ríe. Parece tan alegre, a pesar del clima. Yo, en cambio, no hace ni media hora que estoy acá y ya estoy empezando a lamentar haber elegido esta ciudad, en lugar de Córdoba.
Porqué la elegí? Ah! Si, el idiota de mi hermano vive en este pozo entre lagunas y convenció a papá de que me mandara acá a estudiar, en lugar de la provincia del clima seco, los ríos y playas de aguas claras. Ese hijo de puta realmente me odia!
No, mentira, no me odia, me quiere cerca para vigilarme. No quiere que nadie se acueste con su pequeña hermanita, de 18 años recién cumplidos, en su primer año de facultad, lejos de la supervisión paterna.
Moriré virgen, ya lo sé. Pero no es algo que me preocupe por ahora.
- Dónde están los chicos? Pregunta mi papá ansioso. La verdadera razón por la que me trajeron en auto, en lugar de mandarme sola en colectivo.
El departamento dónde voy a vivir, depende de un organismo oficial de varias embajadas asiáticas, acá en Argentina y es mixto. Mi mamá consiguió un contacto gracias a un político para el que trabaja. Los demás, no se cómo llegaron acá. Solo se que compartiré pieza con Clara. Y la otra habitación la comparten dos chicos.
Mi hermano Miguel vive en otra residencia mixta, pero le dijo a mi mamá que no era recomendable para mi. Le dijo, básicamente, que ese lugar era un "cogedero". Bueno, no se lo dijo con esas palabras, le dijo que los residentes estaban más ocupados en pasar el rato encerrados en su habitación con sus parejas, formales u ocasionales, que en estudiar y no lo creía conveniente para su casta y pura hermana. Pero sin decirles que él también es uno de esos residentes y que pasa todos los fines de semana con una chica diferente.
Él está en el último año de su carrera, tal vez, luego de estar nueve años acá, para hacer una carrera planificada en cinco, pero cree que este año, por fin, podrá recibirse. Igual entiendo que entre estudio y trabajo se le hace complicado. Mi papá, después de que pasara su sexto año acá, le dijo que o se volvía al pueblo o se consiga un trabajo. Y nada más lejos de él que dejar algo sin terminar.
La cuestión es que le dijo a mi mamá que busque otro lugar y este fue lo más barato y no tan poblado que consiguió. Sólo somos cuatro, en contraste a dónde vive Miguel que son como 20, más los acompañantes ocasionales o fijos, donde se mudó al comienzo de su séptimo año de estar acá.
- Los chicos aún no vuelven del supermercado. Fueron a comprar algo para comer. Tenemos cosas de uso común. Me dice y continúa - El papel higiénico, la yerba y esas cosas. Ya te voy a poner al tanto.
El ruido de llaves interrumpe la conversación y un chico musculoso y alto de pelo negro, llevando una remera sin mangas, casi dos talles más grandes de lo que debería estar usando, abre la puerta y entra, seguido de otro chico un poco más bajo, pero igualmente alto para mí, de pelo pelirrojo, de cintura pequeña y caderas marcadas, con una remera muy ajustada, lo sigue detrás. Ambos tienen razgos asiáticos.
Dejan las bolsas sobre la mesada de la cocina y nos presentamos todos.
- Mi nombre es Pruk Panich, pero desde chico me dicen Zee. Dice el más alto, estrechando la mano de mi papá.
- Y yo soy Chawarin Perdpiriyawong, pero pueden decirme NuNew. Acota el otro mientras mi mamá le da un fuerte abrazo.
Cuando finalmente mis padres se van, quedándose medianamente tranquilos porque los varones parecían educados y civilizados, no como mi hermano, les cuento que soy de una ciudad del interior de la provincia, pero que nos gusta decirle “pueblo”, que suena más acogedor, y les pregunto a todos de dónde son.
Clara cuenta que es de Rosario y si bien allá hay muchas Universidades, sus padres querían que experimentara vivir sola en otro ambiente, lejos de su novio, al que no apruban, que estudia Derecho como ella, pero en Buenos Aires.
NuNew es de un pueblito del interior de Formosa, provincia al norte del país. Sus padres vinieron desde Tailandia a la Argentina después de casarse, por un traslado de la empresa dónde trabaja su papá. Cuando escucho “Tailandia” mi corazón se acelera un poco. Va a estudiar profesorado y licenciatura en letras.
Zee nos cuenta que es de Formosa capital, y también es descendiente de tailandeses, aunque aclara, medio tailandés, mi papá vino de allá siguiendo a una novia, eso no funcionó y se terminó enamorando de una formoseña, se asentó allá y ya no se volvió. Estudiará Profesorado en matemática, como yo.
Será lindo tener a alguien medianamente conocido para cursar juntos.
Voy a vivir con dos tailandeses? Pienso emocionada. Se ven lindos juntos. Mi mente delulú ya los shipeó al instante. Esto de ver series BL me está haciendo mal a la cabeza.
Mientras termino de llevar lo que queda de mis cosas a la habitación, escucho que los chicos hablan en otro idioma.
- Hablan en tailandés? Les pregunto con cara embobada.
- Y… Si… Me dice Zee mirándome como si fuera idiota, pero no de forma agresiva, sino tierna, riéndose, como diciendo "obvio".
- Oh! Me siento como si estuviera en “Cutie Pie”! Suelto sin darme cuenta.
Ellos se miran y se ríen con vergüenza. Creo que entendieron la referencia.
Clara nos mira a los tres con cara de no entender. Cruza su mano frente a su cara, como haciendo un gesto de “lo voy a dejar pasar” y se encierra en nuestra habitación.
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Roommates - Compañeros de departamento -//- ZeeNuNew -
FanficRoommates - Compañeros de departamento Soy una chica fanática de las series BL y comparto departamento con dos chicos, Zee y NuNew. Se ven tan lindos juntos que no pude dejar de shipearlos desde el primer momento, pero cuando los escuché hablar en...