Capítulo 16: Ours

131 16 12
                                    

Emma

Amo la tranquilidad, la soledad, lo lento, lo incomprensible, lo diferente, lo efímero, lo único, lo pequeño, lo imperceptible, también lo intenso, lo que hace explotar el alma, lo real. Pero cuando lo experimento todo al mismo tiempo es un lío que asusta

No necesito aprender a estar sola, necesito aprender a estar acompañada, pero le tengo miedo a un dolor que no he experimentado…o bueno, no lo había hecho hasta ahora, siempre me han dado miedo los cambios, y Max vino a poner mi mundo patas arriba, pero eso no es lo malo, lo malo es que no supe controlarlo, lo he lastimado y me he lastimado al hacerlo

—¿En qué piensas?

Volteo al escuchar la voz de Daniel

—¿Y esos ojos de dos litros de lagrimas derramadas? —Daniel me mira con curiosidad

—Son de cuatro litros

—Al menos tienes ganas de bromear —se coloca a mi lado—. ¿Qué pasó? —siento como pone su brazo sobre mis hombros

—Nada —me encojo de hombros, abrazándolo por el torso

—¿Así llamas al señor boxeador ahora?

—No tengo ganas de hablar de eso Daniel

—Nunca tendrás ganas. Dime

—Ya no entiendo lo que siento—susurro

—Te gusta —eso no se escucha como una pregunta—. Y eso te asusta —deduce—. ¿Por qué?

—Porque, ¿qué pasara cuando eso se acabe? Cuando deje de gustarle y busque a alguien más, cuando mis inseguridades sean más grandes que su paciencia, cuando se canse de mí, cuando me lastime, o cuando yo lo haga, ¿qué pasará?

—No lo sé y tú tampoco lo sabes, ¿por qué no lo averiguas? Puede que no pase nada de lo que dices

—Sí pasará

—Entonces solo acepta que lo que está hecho para romperse se romperá. No puedes saberlo Grace —me dice con una sonrisa—. Ya sabes como es tu cabeza, intentará engañarte cada que se sienta amenazada, no le hagas caso a tus pensamientos intrusivos

—Ya lo he hecho Daniel. No puedo jugar con él, alejarlo por mis miedos, y pedirle que vuelva cuando eso se me pasa. Anoche temí que pasará lo peor, estaba borracho y molesto, y con toda razón. Seguramente me odia, él lo dijo, lo logré, ya no quiere estar conmigo

—Él te perdonará si le dices lo que sientes, ambos pondrán de su parte Emma

—Pero…—suspiro sin encontrar un buen argumento—. Ya empecé, ya retrocedí…

—Si retrocedes un paso, avanzas tres, si retrocedes tres, avanzas cinco, es siempre así Emma para adelante.

Suelto un suspiro

—Lo sé, pero ahora no quiere saber nada de mí

—Y si fuese diferente, ¿qué harías? —me pregunto Daniel acariciando mi hombro

—…lo que él siempre quiso, lo que debí hacer desde un principio, arriesgarme —respondo

—Te quiero Grace —me dice Daniel—, pero debo decir que no has actuado muy bien que se diga. Lo quieres, él te quiere, si quieres que lo de ustedes funcione, inténtalo, pero ve hasta el final, y si no estás dispuesta a hacerlo, entonces ni siquiera lo pienses Emma

El Arte de Apreciar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora