Capítulo 10

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Al día siguiente me levanté con mi bata rosa, luego de lavar mi cara fuí directo a la cocina para servirme un té.

—¿Vamos a entrenar?— siento la voz de Pangal a mis espaldas.

—Estás loco, me siento como si me hubiera pasado un tractor encima— y es que sentía mucho dolor en la espalda.

—¿Qué te pasó, dormiste mal?— me pregunta y yo asiento, a lo que me pasa una mano por el hombro —Tengo una crema, luego te echo para que no te sientas mal— yo sonrío en agradecimiento.

—Mi señora, ¿ya tomó desayuno?— viene Michael desde la pieza de sirvientes caminando.

—La mesa debería estar puesta, haz que nos sirvan a todos el desayuno— le responde Pangal.

—Enseguida vamos— dice Botota que recién llegaba y Pangal me toma de la cintura para que nos vayamos hacia la mesa.

—Toma tu té, mientras me voy a bañar— me dice a lo que asiento.

—Tia, ¿qué cojones fué eso?— y me fijo que frente a mi se encuentra Oriana sentada en la mesa, mientras toma desayuno.

—¿Qué cosa?— le digo confundida.

—Tienes loco a ese chaval, o sea ¿desde cuando avisa lo que hace?— dice en un susurro y yo solo me río para negar un poco con la cabeza.

Luego de un tintineo, Amanda se hace presente y así todos nos sentamos en la mesa para tomar desayuno.

(...)

—Los sirvientes tienen que hacer las cama ¿no?— pregunta Austin viéndome mientras yo ordenaba mi cama.

—No, no hagai tu cama— le dice Pangal mientras se lavaba los dientes.

—No, no la pensaba hacer— le responde él. —Es que como vi a la Nicki ordenando— dice y Pangal se gira.

—Ay, pero igual puedes hacerla— le dice Gala y yo asiento, mientras ordeno los cojines.

—No, convéncelo, a ver convéncelo— le dice Pangal y Gala gira hasta quedar frente a Austin y se tira encima de él a la cama.

—Los sirvientes tienen que hacer eso, no tú— Pangal se pone junto a mi cama.

—Pero no me cuesta nada hacerla, aparte no me gusta vestirme y arreglarme mientras tengo todo desordenado— ordeno los cojines finalizando con la tarea de hacer mi cama.

—Entonces les voy a decir que te la hagan de las primeras mañana— dice y se acuesta en mi cama.

—Ah y me la vas a desarmar ahora— le digo con un tono de voz enojado, a lo que Pangal solo cierra los ojos ignorandome.

—Es cómoda— yo lo miro unos segundo y ruedo los ojos a su comentario, para sacar mi maquillaje. —¿Te maquillas?— me pregunta ahora viéndome.

—Claro, me gusta ponerme bella— hablo mientras me miro en el espejo en mi mano, él se queda un segundo en silencio.

—¿Ayer estabas maquillada?— yo le miro confundida y asiento —No cambias tanto con maquillaje, el primer día si, te veías más...arreglada— yo frunzo mi cara, porque no sé como interpretar ese comentario.

—¿Gracias?—

—O sea, es que te veí' linda igual. No eres de las mujeres que cambian caleta con maquillaje— me dice y yo ahora asiento un poco, entendiendo mejor.

—Bueno, es solo para resaltar la belleza que uno ya tiene— le digo y reímos un poco.

(...)

Yo termino de maquillarme y comienzo a buscar mi ropa para así terminar de arreglarme.

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