Extra

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Capítulo 2: Renacer

Habían pasado dos años desde aquella fatídica noche en que el corazón de Taehyung fue roto en mil pedazos. Dos años desde que dejó atrás la traición de Jungkook y Jimin. Pero lo que en su momento parecía insuperable, con el tiempo, se convirtió en la base sobre la cual reconstruyó su vida.

En el presente, el sol brillaba sobre las calles de Seúl, y Taehyung caminaba de la mano de Yoongi, el hombre que había traído paz a su vida. Yoongi era diferente a cualquier persona que había conocido. Serio y reservado para muchos, pero para Taehyung, era un refugio de calma y sabiduría, alguien con quien podía compartir sus pensamientos más profundos y también reírse de los pequeños placeres de la vida.

Se conocieron en un café, por pura casualidad. Taehyung estaba allí, solo, con un libro entre las manos, cuando Yoongi se le acercó para preguntarle si el asiento a su lado estaba libre. Lo que comenzó como una conversación trivial, pronto se transformó en algo más. Con el tiempo, Yoongi se convirtió en su compañero, en su apoyo incondicional y, sobre todo, en el hombre que le devolvió la confianza en el amor.

Ahora, dos años después, vivían juntos en un pequeño pero acogedor apartamento, lleno de plantas y fotografías que capturaban los momentos felices que habían compartido. No había dudas ni desconfianza entre ellos, solo un profundo respeto y comprensión mutua.

Una tarde, mientras Taehyung regresaba a casa después de un largo día, recibió un mensaje inesperado en su teléfono.

—Jungkook… —murmuró para sí mismo al ver el nombre en la pantalla, sintiendo una punzada en el pecho.

Jungkook pedía encontrarse con él, y aunque lo había bloqueado de todas las formas posibles, de alguna manera, el mensaje llegó. Jimin también había intentado contactarlo semanas atrás, pero Taehyung nunca respondió. El pasado para él estaba enterrado, o al menos, eso había creído hasta ese momento.

Contra su instinto inicial de ignorar el mensaje, decidió que enfrentarlo sería la única forma de cerrar definitivamente esa herida que aún dolía en lo más profundo de su ser. Le comentó a Yoongi sobre la situación, quien lo apoyó incondicionalmente.

—Haz lo que sientas que necesitas hacer, Tae. Si enfrentarlos es lo que te ayudará a cerrar ese capítulo, entonces hazlo —le dijo Yoongi, sus manos entrelazadas con las de Taehyung mientras hablaban.

Con el apoyo de Yoongi, Taehyung decidió encontrarse con Jungkook y Jimin en un café, el mismo café donde había conocido a Yoongi, como si la vida intentara crear un contraste entre el pasado y el presente.

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Cuando llegó al lugar, vio a Jungkook y Jimin sentados en una mesa al fondo. Ambos parecían nerviosos, y al verlo, se levantaron, como si no supieran qué hacer o decir. Taehyung se sentó frente a ellos, manteniendo una distancia física y emocional que ya no podía salvarse.

—Taehyung... —comenzó Jungkook, su voz vacilante—. Hemos pensado mucho en ti estos dos años. Lo que hicimos fue imperdonable y lo sabemos, pero no hay un día en el que no me arrepienta de lo que pasó.

Jimin, quien había permanecido en silencio, lo miró con ojos llenos de culpa.

—No esperamos que nos perdones —dijo Jimin, su voz baja y tensa—. Pero queríamos pedirte disculpas de frente. Perdimos a alguien muy importante y lo sabemos ahora más que nunca.

Taehyung los escuchó en silencio, cada palabra que decían se sentía vacía para él. Ya no dolía como antes, ya no sentía esa opresión en el pecho que lo sofocaba. Había avanzado, había sanado.

—No voy a mentir, lo que hicieron me destrozó —dijo finalmente, con una voz firme pero calmada—. Pero el tiempo me enseñó que no tiene sentido aferrarse a ese dolor. Ya no espero disculpas ni explicaciones. No voy a decir que los perdono, porque en realidad, ya los dejé atrás. Ustedes dejaron de ser parte de mi vida el día que tomaron esa decisión.

Jungkook y Jimin parecían sorprendidos por su serenidad, como si hubieran esperado una reacción diferente.

—Taehyung, solo queremos otra oportunidad, para hacer las cosas bien —insistió Jungkook—. Sé que es mucho pedir, pero realmente te extraño.

Taehyung negó suavemente con la cabeza, una pequeña sonrisa triste en sus labios.

—Jungkook, no hay vuelta atrás. Ya no soy el mismo que conocieron. He encontrado a alguien que realmente está de mi lado, alguien que me valora y me respeta de una forma que ustedes nunca lo hicieron. No necesito una segunda oportunidad con ustedes, porque ya estoy feliz. Yoongi me ha dado lo que ustedes nunca pudieron: paz.

Ambos lo miraron en silencio, aceptando finalmente que no había redención posible.

Taehyung se levantó, con una extraña sensación de alivio corriendo por su cuerpo. Miró por última vez a Jungkook y Jimin, esos rostros que alguna vez significaron tanto para él, y supo en ese instante que había hecho lo correcto. Ellos eran el pasado, y él ya no pertenecía a ese lugar.

—Les deseo lo mejor —dijo antes de marcharse, sintiendo cómo una carga que había llevado durante años se disolvía.

Al salir del café, la brisa fresca de la tarde acarició su rostro. Allí, esperando en la esquina, estaba Yoongi, sonriendo suavemente al verlo. Taehyung corrió hacia él y lo abrazó, dejando atrás todo lo que alguna vez lo había lastimado.

Finalmente, Taehyung era libre.

Fin.

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