No Time To Die

Capitulo Único

No Time To Die

El reloj de la sala marcaba la medianoche, pero Taehyung ya había perdido la noción del tiempo. El apartamento estaba oscuro, solo iluminado por el débil brillo de las luces de la ciudad filtrándose a través de las cortinas. Estaba sentado en el borde de la cama, sus manos temblorosas sostenían el teléfono que había estado sonando una y otra vez, con llamadas de Jungkook que él se negaba a contestar. El aire estaba denso, cargado con un dolor que lo consumía desde adentro.

Había pasado solo unas horas desde que vio lo que jamás hubiera imaginado, lo que no podía borrar de su mente. El momento exacto en que su mundo, su vida, se desmoronó.

—Pero te vi ahí… —murmuró para sí mismo, recordando la escena que lo había destrozado.

Había salido temprano del trabajo esa noche, queriendo sorprender a Jungkook con su comida favorita, deseando tener una noche tranquila después de semanas de tensión entre ellos. Pero lo que encontró fue más de lo que podía soportar.

Entró al apartamento de Jungkook, y todo parecía normal, hasta que escuchó un leve murmullo proveniente de la habitación. Se acercó con cautela, sin sospechar lo que estaba a punto de descubrir. Abrió la puerta, y lo vio. Vio a Jungkook con Jimin. Su mejor amigo.

Jungkook no lo vio al principio, ni Jimin. Estaban demasiado absortos en su traición, demasiado ocupados viviendo en la mentira que habían creado.

Taehyung no dijo nada. No pudo. Simplemente se quedó allí, paralizado. Eras mi vida, pensó, con un dolor desgarrador. Pero la vida está muy lejos de ser justa.

El dolor lo envolvía, pero no era solo la traición de Jungkook lo que lo consumía, sino la de Jimin, la persona en la que siempre había confiado. Todo lo que alguna vez creyó se derrumbaba a su alrededor. ¿Cómo había sido tan ciego? ¿Cómo había permitido que esto sucediera?

Regresó al presente, en su mente resonaban las palabras que nunca pudo decirles en ese momento.

¿Fui estúpido al amarte?

¿Fui imprudente al ayudarte?

¿Fue algo obvio para todos los demás?

Las preguntas ardían en su pecho. Taehyung se sentía tan ridículo, tan ingenuo. Recordó todas las veces que Jimin había estado cerca de ellos, todas las veces que Jungkook decía que eran solo amigos. Y él lo creyó, sin dudar. Nunca vio las señales. Nunca quiso verlas.

Se levantó de la cama, incapaz de permanecer quieto, el dolor lo carcomía por dentro. Caminó hacia la ventana y miró hacia el exterior, la lluvia comenzaba a caer, como si el cielo compartiera su tristeza. Los recuerdos con Jungkook lo golpeaban en oleadas. Las risas, los besos, las noches compartidas en las que pensaba que todo estaba bien. Pero ahora sabía la verdad.

Que me enamoré de una mentira.

—Fui un tonto —susurró, sintiendo como las lágrimas llenaban sus ojos—. Jungkook, tú nunca estuviste de mi lado, ¿verdad?

Los días y las noches en los que había luchado por su relación, cuando sentía que algo estaba mal, pero él siempre era el que trataba de arreglarlo. Siempre el que perdonaba, el que daba más, pensando que el amor lo superaría todo. Pero había sido una mentira. Jungkook nunca había estado realmente con él. Nunca había luchado de su lado.

El teléfono volvió a sonar, pero esta vez Taehyung lo ignoró por completo. No había nada que Jungkook pudiera decir para reparar el daño que había causado. No había palabras que pudieran borrar la imagen de esa traición.

Dejó caer el teléfono en el sofá, y cerró los ojos, tratando de controlar la oleada de emociones que lo asfixiaba. Había amado a Jungkook más de lo que amaba a sí mismo. Había dado todo por esa relación, por ese amor que ahora solo parecía un espejismo.

Pero ahora, finalmente lo entendía. No había más lucha, no había más dolor que soportar. Taehyung ya no podía seguir en una relación basada en mentiras y traiciones. Lo que alguna vez fue su vida, su amor, estaba roto de una manera que nunca podría ser reparado.

Se giró hacia la puerta, sintiendo una extraña calma apoderarse de él. No había tiempo para mirar atrás, para revivir el dolor una y otra vez. Sabía que lo que alguna vez fue entre él y Jungkook estaba muerto, y por primera vez en mucho tiempo, no sentía la necesidad de pelear por ello.

Abrió la puerta del apartamento, dejando atrás no solo el lugar, sino también la historia que alguna vez compartieron. No se trataba de un final trágico, sino de un renacimiento. Sabía que el camino por delante sería difícil, que el dolor no desaparecería de inmediato. Pero también sabía que merecía algo más, algo real.

Mientras la lluvia caía sobre su rostro, Taehyung respiró hondo, sintiendo la libertad que llegaba con el cierre de un capítulo.

No había tiempo para morir en una mentira.