dos: desconocidos

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Enzo ingresó a la habitación de hotel cargando dos pesadas bolsas de supermercado en sus manos. Había salido a comprar algo para que él y Emiliano—su compañero de cuarto —pudieran comer y algunas otras cosas para picar durante su viaje.

Al día siguiente partían a Córdoba, serían unas largas horas en micro por lo que esperaba que la comida alcanzara para entretenerlos. Su mejor amigo, luego de muchas insistencias, lo había convencido de ir con él a visitar a su familia.

Él no pudo negarse, habían pasado varios años desde la última vez que había visto a la familia que lo había acogido como un hijo más.

No sabe qué lo llevó a distanciarse, sucedió tan paulatinamente que apenas se dió cuenta. Si bien veía a Emiliano todos los días, pues trabajaban juntos, él había perdido contacto con la familia del chico.

Después de que dejaron de ser vecinos, con el trabajo y las nuevas partes de su vida, ya no pudo encontrar el tiempo para visitarlos. Enzo se sentía culpable por sus acciones pero no podía revertir lo que había hecho en el pasado.

Por eso Emiliano le pidió que viajara con él, le aseguró que nadie estaba enojado y que lo único que deseaban era verlo. Él dudaba seriamente, tal vez sus padres si estaban de acuerdo, pero no podía decir lo mismo de Julián.

Atesoraba con cariño el recuerdo del chico de dulces ojos marrones que solía seguirlo a todas partes, siempre con una sonrisa dibujada en su rostro.

Enzo sabía que lo había lastimado con su distancia y le dolía físicamente el mero pensamiento.

Se preguntó si habría cambiado mucho desde la última vez que lo había visto, si le sonreiría al verlo, si se lanzaría a sus brazos como había hecho tantas veces en el pasado. Supuso que no.

La risa de Emiliano le llamó la atención.

“Más vale que mañana te levantes para ir a buscarnos, eh” lo escuchó decir. Estaba de espaldas a él, hablando por teléfono.

En el silencio de la habitación podía distinguir con claridad la voz del otro lado, incluso si no estaba en altavoz.

Julián.

Justo que iba a dormir hasta tarde” respondió entre risas. Su corazón dio un salto, había pasado tanto tiempo desde que había escuchado su voz.

“¿Cuándo llegaste?” le preguntó Emi, todavía sin percatarse de su presencia.

Ayer, temprano. Papá vino a buscarnos” su voz seguía siendo tan dulce como la recordaba, ligeramente cambiada, pero esa familiaridad aún estaba ahí.

“¿Buscarnos? ¿Con quién fuiste?” él sentía la misma curiosidad que su amigo.

Con Licha, ¿con quién más voy a venir?” Enzo no conocía a ningún Licha.

¿Qué tantas cosas se había perdido de la vida de Julián?

Hubo un punto de su vida en el qué él era el mayor confidente del chico, conocía cada parte de él, sus miedos, sus aspiraciones, lo que le gustaba y lo que no. Él solía saberlo todo, pero eso había sido hace mucho tiempo. Con tristeza, se dió cuenta de que él Julián que solía conocer ya no existía.

Eran dos desconocidos que alguna vez se habían conocido demasiado.

“Están siempre juntos ustedes dos, eh” la burla de Emiliano lo desconcertó. Al parecer, él sí sabía quién era el acompañante de Julián.

No puede vivir sin mí, Emi” una voz desconocida habló, haciendo reír a ambos hermanos.

“Más vale que me lo prestes un rato, extraño a mi hermanito.”

¿Quién era ese chico?

¡No prometo nada!” escuchó las risas de Julián y el murmullo de su voz, pero no alcanzó a entender lo que decía.

“Ojito ustedes dos” en ese momento Emiliano se dió vuelta, notando su presencia. “Me tengo que ir chicos, Enzo ya llegó con la comida.”

Bueno, bueno, cuídense” se despidió Julián.

“Nos vemos mañana, Juli” con eso la llamada finalizó.

Se acercó a su cama, apoyando las bolsas con la comida sobre ella. Trató de evitar la mirada de Emiliano pero sabía que no estaba haciendo un buen trabajo.

“¿Hace cuánto estás escuchando?” preguntó, con una sonrisa burlona.

Suspiró. “Hace un ratito, pero no quería interrumpir.”

“Seguro” dijo divertido.

“¿Cómo está Julián?” trató de desviar la conversación, sin mucho éxito. Quería preguntarle por el hombre que había escuchado en la llamada, pero no se atrevió a intentarlo.

“¿Para qué preguntas si ya sabes?” Emiliano puso los ojos en blanco, antes de tirarse a la cama. “Pasame la comida, Juli está bien.”

Le pasó uno de los sándwiches que había comprado para los dos, mientras tomaba el otro para él.

“Hace mucho no lo veo” Emiliano tarareó ante sus palabras, asintiendo.

“Está enorme el pendejo” su mirada brillaba, como cada vez que hablaba de su hermano. “No sé en qué momento creció tanto.”

Enzo sonrió con nostalgia, por culpa de la distancia que él mismo puso se había perdido muchos años importantes en la vida de Julián. Se arrepentía tanto de sus acciones.

Emiliano le palmeó el hombro, con una mirada comprensiva. “Mañana lo vamos a ver.”

¿Qué tanto podría cambiar una persona en unos años?

Enzo estaba a punto de descubrirlo.

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Lisandro golpeó su hombro con efusividad. “¡Estoy seguro de que estaba escuchando!”

“No creo” respondió inseguro, haciendo que su amigo soltara un resoplido molesto.

Su hermano lo había llamado para ver cómo estaba, al día siguiente partiría a Córdoba con Enzo y él los iría a buscar a la terminal de micros una vez que llegaran. Decir que estaba nervioso era poco.

“Ay Juli, comparten habitación estoy prácticamente seguro de que al menos algo escuchó” Lisandro estaba convencido de que Enzo estaba escuchando su conversación con Emi.

“¿Y qué tiene si estaba escuchando? No dijimos nada importante” él estaba confundido ante la emoción de su mejor amigo.

“¿Cómo qué no?” soltó una risa cuando su amigo lo agarró por los hombros y lo sacudió. “Si te escuchó hablando significa que también me escuchó a mí y si me escuchó a mí seguramente ya se esté preguntando quién soy.”

“Pero eso no significa que se vaya a poner celoso.”

“No, pero ya le creamos una duda” sonrió. “Se va a dar cuenta de que no sabe mucho de vos y va a querer conocerte, bueno, otra vez. Vos me entendés.”

“Me das miedo cuando hablas así” fingió un escalofrío, aunque verdaderamente estaba sorprendido por cuánto parecía saber del tema. “¿Cómo sabes tanto?”

“Ojo de loca no se equivoca” repitió el dicho. “Creeme, Juli, va a interesarse en vos. Estoy seguro.”

Él no deseaba más que eso.

Ya quería que llegaran a Córdoba. Era cuestión de horas.

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qué les está pareciendo el fic hasta ahora?

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⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

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too sweet ✦ enzo x julián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora