Abril vivía algo acomplejada por su familia, fingir ser una beta cuando en realidad era una omega. Samantha, era su único apoyo siendo su amiga más cercana, a pesar de eso, la alfa no sabia el secreto de su amiga.
Pero tarde o temprano Samantha supo...
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No era de las personas que solian tener sueños, ni mucho menos creer en sueños profeticos o ese tan mencionado deja vu.
Pero lo que senti en ese momento era diferente, mi loba estaba inquieta, se escuchaban pasos por todos lados, un golpe seco y un grito, no sabia de donde i de quien, solo me sentia mas y mas anguistiada. Corri descalza intentando averiguar que es lo que pasaba, senti un estruendo en mi cabeza, a pesar de ser un sueño, o bueno, una vision, sentia todo muy real. El dolor no disminuyo, fue acompañado con una gran molestia en mi abdomen, me cubri tratando de proteger algo, mi vista comebzaba a oscurecerse, solo logre ver ese rojo carmesi expandiendoce por el suelo.
- ¡ Abril ! - la voz de la rubia me llamo la atencion, con las utlimas fuerzas mire su cara angustida corriendo hacia mi con nerviosismo.
- ¡ari! ¡Abril!- escuche la voz de la mayor de nuevo solo que aun mas cerca. Abrí de apoco mis ojos con mucho cansancio, un movimiento por parte de la mayor hizo que me despertara más rápido, tomaba fuerte mis hombros sin llegar a lastimarme - joder....Al fin despiertas-
- ruidosa - di un suave quejido incorporandome bien en mi asiento, talle mis ojos aun cansada - ¿cuanto tiempo dormí? - pregunte sin muchos ánimos.
- una hora - dijo la alfa con una sonrisa de burla en su rostro, me sorprendió de inmediato la cantidad de tiempo que había dormido, prácticamente una clase completa.
- me perdí la clase - me queje recostando mi cabeza en el regazo de la chica algo frustrada. Solo escuche su risa baja, di suaves pero molestos golpes en su mano demostrando mi molestia. A pesar de eso su sonrisa mantenía contenta a mi loba.
Por mero instinto la mire desde abajo y acaricie su mejilla con mi mano, ella me miro algo confundida. - te ves linda cuando sonríes- dije respondiendo con una sonrisa calida, sus mejillas se sonrojaron y sentí algo.
Ya había sucedido en el pasado, dentro de mi sentía a su loba contenta, estaba moviendo la cola y dando pequeños brincos. Como cada vez que sucedía me quede algo pensante, no sabia exactamente que era, me llegó la idea de comprobar si era por mi que la loba de la rubia estaba así.
No sabia que hacer pero si que tenía que comprobar mi teoría, sin pensar ni plantearme mucho mi movimiento, dirigí mi mano un poco más cerca de su boca, acaricie la comisura de sus labios, era tan suave su piel.
No senti nada de vuelta, solo el mirar su gran sonrojó, ese ligero rosado en sus mejillas me parecía tierno y hacia que mi corazón palpitara rápido, puso su mano arriba de la mía cuando intente quitarla, solo miro a otro lado avergonzada mientras indirectamente pedía que siguiera explorando su lindo rostro.
En cambio tome su mano y cruce nuestros dedos sintiendo los tambores de mi corazón y a mi loba mover la cola feliz. Ella se sonrojó aun más, miro a cualquier otro lado intentando simular qué no tenía reacción, sonreí y solté una risa baja ¡Era tan linda!.
