"Samantha Miller, una neoyorquina de 24 años con un IQ de 186, entrará a la UAC y aprenderá que tiene que sanar su corazón y dejar atrás los traumas del pasado para poder avanzar, porque 'si no puedes amarte a ti mismo, ¿cómo puedes amar a alguien m...
alimenten su delulu con este cap,lo hice largo específicamente para eso ♡
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Al día siguiente, se despertó con una nueva determinación. Se duchó y se vistió, su mente zumbando con ideas sobre cómo podría contribuir al equipo en la UAC y sentirse como en casa. Mientras se preparaba, no pudo evitar recordar la calidez en la voz de Spencer y la forma en que sus ojos brillaban al hablar de su pasión; algo en él era increíblemente adictivo para Sam.
Al llegar a la UAC, el ambiente era diferente. Había una sensación de camaradería que antes no había notado. La gente hablaba, reía y compartía anécdotas. Sam se sintió un poco menos fuera de lugar esta vez.
-¡Buenos días, Sam! -la saludó Penelope, quien pasaba por la entrada de la UAC y parecía más animada que la última vez, si eso era posible-. ¿Lista para otro día lleno de sorpresas, linda?
-¡Buenos días! -respondió Samantha, sonriendo de vuelta. La energía positiva de Penelope era contagiosa.
-Escuché que ayer estuviste hablando con Spencer y se fueron en su auto -dijo la rubia con una sonrisa pícara, mientras Derek se unía a la conversación.
-¿La chica nueva ya enamoró al niño bonito? -sonrió de la misma manera que Penelope, como si sus cerebros estuvieran en total sincronía para poner a Samantha nerviosa, tanto como para poner un leve sonrojo sobre las mejillas de la chica.
Ella sabía que no había pasado nada en el auto, solo un compañero de trabajo llevándola a su casa. ¿Acaso eso era algo malo? Claro estaba que a Samantha su compañero le parecía apuesto y su personalidad era demasiado cautivadora, y podría decirse que sexy, pero ¿no todas las mujeres lo veían así?
Samantha dudó un momento antes de contestar. -Uh, solo me dejó en mi casa y hablamos en el camino. Parece que tenemos mucho en común.
Penelope miró a Derek con complicidad. -Esa es la mejor parte de trabajar aquí, las mentes se unen y los corazones también, ¿no, bombón? -dijo, refiriéndose a Derek, y luego continuó-. Y Spencer es un buen chico. Aunque a veces se le escapa un poco lo social, es muy inteligente.
-Lo noté -respondió Samantha con una sonrisa, recordando las peculiaridades de Spencer y su vasta cantidad de conocimientos.
Durante el día, mientras se sumergía en su trabajo, la mente de Sam continuó explorando la idea de la conexión con Spencer. Cada vez que lo veía en su escritorio, un pequeño cosquilleo de emoción recorría su interior. Había algo en él que la hacía sentir cómoda, segura.
Más tarde, mientras trabajaba en algunos documentos, Spencer se acercó a ella con una sonrisa que ni él entendía. Después de todo, la había conocido el día anterior, pero sentía que la conocía desde hacía meses, años, siglos se atrevería a decir.
