A los ojos de un imp

Capítulo 5: Burbujas de amor

[Spóiler: APOLOGY TOUR // S2: Episode 9]

-...y así fue cómo acabé en la fiesta.

-Es admirable que, a pesar de no dar disculpas totalmente sinceras, fueras capaz de escribirle dedicatorias privadas a cada una de esas personas e incluso darles algún que otro regalo. Puede que en el fondo realmente estuvieras más arrepentido de lo que dejas entrever.

[Avanzaban juntos por aquel pasillo lleno de plantas carnívoras que parecían querer tragarse al imp si se despistaba más de dos segundos. El desayuno había ido muy bien y ahora, como Stolas sabiamente había sugerido, iban a darse un merecido baño. La mañana parecía prometedora. El Goetia se estaba encargando de pasar las cortinas y dejar que la luz se hiciera paso y conquistara el terreno antes ganado por la oscuridad. La mansión volvía a ser encantadora, según opinaba Blitzø. Sin sirvientes acechando en cada esquina, podían moverse sin prisas, sin ser observados a cada paso que daban. Todo iba tan bien que era hasta irónico decir que estaban en el infierno. Blitzø estaba maravillado con las plantas del búho, con los rayos que iluminaban cada obra de arte expuesta, con el silencio de los pasillos. A diferencia de su piso, en el que las paredes parecían estar hechas de papel, allí todo era idílico. En parte, gracias a que habían llegado a una tregua, ahora podía apreciar mejor el punto de vista de Stolas. Supuso que estar allí toda la vida a él también le hubiera hecho creer que era un personaje, parte de un cuento. Así era fácil ignorar la crueldad de la vida real]

-Me haces más bueno de lo que soy, Stols. Soy un fuckboy, ¿ya lo olvidaste? Esos sentimentalismos no van conmigo.

-No tienes por qué hacerte el duro aquí, Blitzy. Como bien te encargaste de hacer antes, nos hemos quedado solos. Puedes bajar la guardia por una vez. Estamos a salvo los dos.

[Era más fácil decirlo que aplicarlo. Blitzø siempre estaba en guardia. Su trabajo, sus traumas, su forma de ser... Todo le impedía relajarse lo suficiente como para no dormir con un ojo abierto. Era un sicario, después de todo, así que estar preparado para una emboscada era su día a día. Claro que, una vez hechas las conversaciones difíciles que tenía pendiente con el búho, costaba aceptar que solo quedaba pasarlo bien por una vez sin tener que mantenerse tenso. En el peor de los casos, si a alguien se le ocurría atacarlos, podían formar equipo, ¿no? A él no se le daban nada mal las armas de fuego y Stolas era más que capaz de cargarse a todo el mundo si no limitaban sus poderes]

[Aunque pensar en eso cuando veía al príncipe acariciarle las hojas a una de sus plantas era anticlimático]

[La medicación había hecho efecto y parecía que la resaca iba desapareciendo lenta, pero certeramente. El vaso de agua y las tortitas también habían surtido efecto en el Goetia, aunque quizás el mérito de su mejoría se debía realmente a haber aclarado sus diferencias minutos antes. Stolas sonreía dulcemente en lo que le dedicaba unas palabras de cariño a aquella planta. Volvía a ser aquel príncipe que, de algún modo, había logrado romper la regla anticompromiso del imp. Le costaba aceptar que alguien tan bello en tantos aspectos se hubiera fijado en él y lo quisiera con todos sus defectos. Ahora, siendo el único espectador de aquella peculiar escena, se sentía importante, más incluso que el rey del infierno. Tenía el privilegio de que Stolas se mostrara en su faceta más simple y sincera, algo que la alta sociedad prohibía hacer a sus miembros. Tal vez no había sido tan mala idea eso de tratar de robarle el grimorio meses atrás. Había cometido muchos errores obviamente, no obstante, gracias a su impulsividad había podido conectar con Stolas y por una vez creía que iba a funcionar lo que sea que intentara con él. Quizás su miedo a hacerle daño podía ser su motivación para hacerlo feliz de una vez por todas]

-Seh... Tienes razón en eso. Aunque, bueno, tus plantas están tratando de comerme la cola cada vez que me giro.

-No las puedes culpar por verte como todo un manjar.