Capítulo 7; Hechizo roto

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Jiang Cheng ya estaba cansado de escuchar quejas, seguramente Madan Jin se sentía aturdida por los intentos de ZiXuan de poder localizar de manera desesperada a XuanYu. Lo peor es que sabía que esto iba a suceder, sabía que al primer momento donde entrarían a los Tumores funerarios el hechizo que envolvía la montaña destruiría el débil hechizo de XuanYu, se rompería y el lejos ya no podían causarle problemas, no tomando en cuenta que la preocupación volverían al enterarse que no era ningún vago.

—¿Qué pasó? — Jin GuangShang se notaba con un aura negra, como que algo malo iba a sucederle, no era porque estaba preocupado por XuanYu, simplemente había algo más.

Jiang Cheng no sabía cómo comenzar a explicar los hechos, no había sido su culpa que Xue Yang haya matado a uno de los remanentes de los vampiros y que Lan Zhan impidiendo una nueva masacre pidiera que XuanYu lo acompañara por siempre. ¿Qué culpa tenía XuanYu de todo esto? ¿Qué culpa tenía su familia que Xue Yang sea un descuidado?

—Se fue... para no continuar causando problemas... — dijo la verdad a medias.

—¿Está bien? — ZiXuan se miraba triste, lo extrañaba, no era como si volar en su espalda sea cosa que haga cualquier hermano mayor.

—Por supuesto que si...

—A-Yu es un descuidado... pueda que sea fuerte, pero no deja de ser mi hijo... — Jin GuangShang lo entendía a medias, y la señora Jin no era un monstruo, había comenzado a detestar cada uno de los bastardos de su esposo, pero la realidad es que XuanYu era fuerte, se había portado bien con su hijo y este lo adoraba como el hermano mayor que nunca tuvo, así que aprendió a quererlo como parte de la familia.

—Cualquier cosa nos comunicas... — Jiang Cheng asintió. Y no estaba del todo seguro de lo que observaba, XuanYu solo había dejado un enorme rastro de problemas, como lo hacía Wei Ying, no era como si las noticias mintieran sobre ese individuo con poderes que apareció para proteger a un grupo de personas indefensas en aquel centro comercial.

Pero la realidad es que Jiang Cheng odiaba a Wei Ying por su legado, pero XuanYu no había hecho nada para disgustarle, recuerda que él también hubiera hecho lo mismo por su familia si ellos todavía estuvieran convida.

Si les hubieran dado un motivo para sentirse amenazado él hubiera sido el primero.

Pueda que para ellos fuera una maldición, pero todavía recuerda a su hermana, como le costaba caminar, como lo regañaba, como de repente dejó de escuchar bien y en A-Ling en como su cabello se hizo blanco y también, como el murió en aquel hospital a la edad de 83 años. Alguien no debería de enterar a sus familiares, mucho menos a los que vieron nacer. Wei Ying era el único familiar que tenía unidos por el mismo dolor, y este de repente también se fue. Con sus increíbles poderes, habilidades y sabiduría, siempre pensó que el primero en morir sería el, y Wei Ying todavía seguiría convida si él no se hubiera rendido.

De vez en cuando consideraba que ser líder era demasiada responsabilidad.

Pero tenía que dejarlo ir, aceptar lo que le dijo a Lan Zhan, XuanYu tiene la misma alma que Wei Ying, pero no son la misma persona, su vida fue diferente y XuanYu es un novato en combate.

—A-Yu protegeré a tu familia... — Jiang Cheng siguió a la pareja de lejos, en un radio donde los vampiros no pudieran saber que había algún Golden cerca.

Jamás esperó que su fortuna fuera verdad. Pero tampoco tenía que ver con XuanYu, cuando los Jin fueron rodeados por una serie de vampiros que no eran débiles precisamente, uno de ellos se puso en frente del auto de Jin GuangShang, la carretera a su mansión era desolada, por lo que no pudieron haber sabido que eran ellos al azar si no fuera porque tenían conocimiento que fueran los Jin.

Alma de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora