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Ante la negativa de la chica a volver a la empresa, el jefe Yoo le dijo que la acompañaba hasta su casa, dándole su abrigo y llevándola a coger un taxi. En el camino se preguntó del porqué su amabilidad, que ella recordara, él nunca había sido así de atento con ella, solo una vez cuando eran mucho más jóvenes que ahora y ella no estaba en sus cinco sentidos, solo asumió que él no la recordaría.

Salió de sus pensamientos cuando llegaron frente al conjunto de apartamentos en el que vivía, Ji-hyuk salió primero y le abrió la puerta del taxi haciéndola mover su cabeza en agradecimiento. Al cerrar la puerta del auto este se marchó quedando ambos en un pequeño silencio incómodo sin saber qué hacer.

¿Tienes comida en casa? ▬ Le pregunto Ji-hyuk buscando su mirada.

Sí, creo que sí... ▬ Al principio respondió segura, pero después dudo al recordar que no estaba en el 2023. Su jefe sacó de su billetera unos cuantos billetes de 50.000₩, haciéndola negar de manera inmediata al ver tanto dinero junto. ▬ N-no, muchas gracias.

¿Tienes efectivo? No tienes tu celular o tu billetera. ▬ La hizo sentirse avergonzada por su revelación, ante el afán de querer salir del edificio se le habían olvidado todas sus cosas en su oficina. ▬ Tomalo. ▬ Se acercó metiendo el dinero en el bolsillo de su saco. ▬ Hay momentos en los que necesitamos la ayuda de otra persona.

Lo escaneo con la mirada unos segundos para después regalarle una leve sonrisa. ▬ Muchas gracias, señor Yoo. ▬ Hizo una reverencia y se dio la vuelta para adentrarse al edificio, sin saber que lo había dejado con el corazón agitado y una sonrisa enamorada en su rostro.

«~🎻~»

Al entrar a su apartamento lo primero que sintió fue el exquisito olor a vainilla que impregnaba todo el lugar, recordaba con nostalgia que ese olor a limpio se esfumó de su vida cuando decidió casarse con Min-hwan. Suspiro y cerro la puerta detrás de sí misma, se quitó los zapatos colocándose las sandalias, dejo con delicadeza el saco de su jefe sobre una silla para recordar lavarlo después.

Se acercó a su nevera y la abrió notando como en esta solo había unos huevos junto con leche y finalmente su delicioso pudin de café, sonrió y agarro uno para quitarle la tapa y comenzar a comerlo. Al dar el primer bocado cerro los ojos disfrutando de su sabor y se sentó en el piso, miro él embace y busco la fecha de vencimiento encontrándose con el 2013 nuevamente.

Todo sigue diciendo 2013... ▬ Murmuro mirando a su alrededor pensativa, hasta que el timbre de su apartamento sonó.

Miro hacía un costado en dirección a la cámara que había al lado de la puerta, el señor Yoo seguía ahí ahora con una bolsa de comida en sus manos. Sin querer dejarlo esperar, se apresuró a salir aún con sus sandalias, pero cuando llego a la puerta el hombre ya no se encontraba y la bolsa estaba colgando en el gancho de su respectivo apartamento.

Sonrió levemente y la agarro para después adentrarse nuevamente a su departamento, saco lo que había en la bolsa encontrando; bananos, una manzana, ramen, dos cajas de leche achocolatada, fresas, cerezas y finalmente dos deliciosos y exquisitos pudines de café.

Los agarro entre sus manos, ignorando por completo el hecho de que su jefe sabia su dulce favorito, y celebro dando pequeños saltos y moviéndose con felicidad al tener más pudin del que antes había comido.

Con emoción cocino el ramen, hizo un pequeño jugo de fresa con leche achocolatada y como postre, pudin de café. Se sentó en una de las sillas y abrió con cuidado el ramen, lo revolvió y soplo para después comer acabándoselo en menos de nada junto a su delicioso guiso que quedaba al final, succiono el jugo de fresa y finalmente comenzó a comerse su pudin sentada en el sofá abriendo su computadora entre sus piernas.

Comenzó a replantear todo lo que había pasado repasando lo que sabía de su vida pasada y en el momento en el que se encontraban, hizo notar y apuntes, recordó lo más importante hasta que tuvo que detenerse al ver que sobre su mesa había un hermoso broche de margaritas haciéndola levantarse y acercarse a este.

Lo agarro entre sus manos y paso sus dedos por cada detalle, le dio la vuelta y en la pinza del broche estaban escritas unas iniciales; K.B., las iniciales de su madre. Ella siempre fue un pilar para la vida de su hermano menor y la de ella, siempre los apoyo y cayó en una horrible depresión cuando se enteró de que su padre los engañaba para finalmente no aguantarlo y acabar con su vida, dejándola a cargo de su querido hermano

Las lágrimas salieron de sus ojos y un pequeño sollozo se desprendió de su boca, abrazo el broche contra su pecho. Juraba que el taxista que la llevaba donde Min-hwan en su anterior vida era hombre y nunca le presto atención, sin embargo, su madre era la que la llevaba para que terminara con su sufrimiento y comenzara con una nueva vida.

Su corazón se estrujaba de solo pensar que su madre no los había abandonado del todo y solo pudo llorar de felicidad, hasta que el sonido de la contraseña siendo marcada en la puerta de su apartamento llego a sus oídos alarmándola.


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New Life | Casateconmiesposo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora