Amor en el campus

Capitulo 1

El campus estaba en plena actividad cuando Luz caminaba por los senderos de piedra, su presencia solitaria creando un contraste con el bullicio que la rodeaba. Las risas y los gritos de los estudiantes resonaban a su alrededor, pero para ella, todo sonaba como un eco distante, apenas perceptible. Con cada paso, su mirada se mantenía fija en el suelo, como si llevara el peso del mundo sobre sus hombros, o  así lo sentía ella.

Su cabello oscuro caía en mechones desordenados, enmarcando un rostro que muchos consideraban hermoso, pero que estaba marcado por una frialdad inquietante. La mayoría de los estudiantes la miraban con respeto, pero había un aire de temor que siempre la seguía, como si su mera existencia evocara un misterio del que preferían no hablar. Luz había aprendido a vivir con eso, su popularidad se basaba en la inquietud que generaba, en la aura de enigma que la rodeaba.

Al entrar en el aula, el olor a pintura y disolventes la envolvió, pero no logró encender la chispa de inspiración que alguna vez había sentido. Se sentó en su lugar habitual, un rincón junto a la ventana, observando a sus compañeros trabajar con entusiasmo. Las risas y las conversaciones llenaban el aire, pero Luz se mantenía apartada, con la mente llena de sombras, podía sentir un vacío, había perdido su inspiración por completo, nada de lo que creaba le era suficiente.

La clase avanzaba lentamente. El profesor hablaba sobre la importancia de la expresión personal en el arte, pero las palabras parecían perderse en la bruma de sus pensamientos. Luz luchaba por concentrarse, atrapada en una espiral de desilusión, La rutina de su vida universitaria la había envuelto en un ciclo repetitivo, y cada día se sentía más distante de la pasión que la había llevado a elegir el arte.

Cuando finalmente terminó la clase de teoría, se apresuro a su próxima clase, pero al entrar al salón, se encontró con una escena inesperada. Una nueva estudiante ocupaba su asiento, su cabello castaño con pequeños mechones lavanda cayendo suavemente sobre los hombros. Luz frunció el ceño, acercándose con determinación.

—Ese es mi asiento —dijo con voz fría, sin ocultar su descontento.

La nueva estudiante levantó la vista, sorprendida, pero Luz no estaba dispuesta a ceder. La chica, que parecía un poco nerviosa, se movió a un lado, permitiendo que Luz se sentara. Aunque no intercambiaron más palabras, la tensión en el aire era palpable.

Mientras el profesor comenzó a hablar sobre un próximo proyecto, Luz sintió algo de curiosidad por la nueva estudiante. El profesor anunció que tendrían que formar parejas para un proyecto de arte que culminaría en una exposición en tres meses. Las palabras resonaron en la mente de Luz como un eco inquietante, recordándole la presión que siempre sentía.

El murmullo de sus compañeros creció mientras comenzaban a discutir quién se emparejaría con quién. Luz se sintió más aislada que nunca, la idea de trabajar en pareja le resultaba abrumadora. Siempre había preferido trabajar sola, sentía que nadie compartía su pasión por la pintura, y colaborar con otros solo solía llevarla a la frustración.

Mientras sus compañeros se agrupaban, Luz observaba la escena con desdén. La idea de compartir su visión artística la incomodaba. Miró de reojo a la nueva estudiante, que ahora escuchaba atentamente al profesor, y se sintió intrigada, aunque se resistía a esa sensación. La sombra de la incertidumbre la envolvía, mientras la presión del proyecto se acumulaba sobre ella como un manto opresivo.

Al finalizar la clase, Luz salió del aula sintiendo la presión acumulada en su pecho. La rutina, el cansancio, la soledad, todo se sentía como un peso que la seguía. Justo al cruzar la puerta, se encontró con Willow, quien ya la esperaba en el pasillo con una sonrisa que intentaba ser animada.

—¡Luz! —exclamó Willow, acercándose con entusiasmo—. ¿Lista para la práctica de esta tarde?

Luz la miró, su expresión permaneciendo inmutable. Willow era un torbellino de energía, su risa resonando por el pasillo, mientras Luz apenas podía seguir el ritmo.