Capitulo 15

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El sonido de los barrotes cerrándose resonaba en los oídos de Lincoln mientras avanzaba por el estrecho pasillo. Las luces fluorescentes parpadeaban, dando al lugar un aire de abandono, como si todo en ese lugar estuviera decayendo lentamente. Había estado en muchas situaciones tensas antes, pero enfrentarse a su hermana Lola, aquí, en la cárcel, era un tipo de confrontación que no le agradaba en absoluto.

Lincoln había evitado pensar en ella todo lo posible durante los últimos años. Había pasado tanto tiempo tratando de dejar atrás el caos familiar, la traición y las decisiones cuestionables. Sin embargo, ahora estaba en un punto en el que no tenía más opción. Si alguien sabía dónde estaba Lori, esa persona era Lola, y aunque la idea de verla le revolvía el estómago, la necesidad de información era más fuerte.

Un guardia lo guió hasta una sala de visitas privada. No era más que una pequeña habitación con una mesa de metal en el centro, dos sillas de cada lado, y un cristal blindado que separaba a los presos de los visitantes. Lincoln respiró hondo, preparándose mentalmente para lo que sabía que sería una conversación llena de tensiones no resueltas.

El guardia abrió la puerta y lo dejó entrar, luego señaló la silla frente a él.

Guardia: (sin emoción) Ella llegará en unos minutos.

Lincoln asintió en silencio y se sentó, sus ojos vagando por la habitación mientras intentaba controlar la ansiedad que crecía en su pecho. Las paredes grisáceas y el olor a desinfectante barato sólo empeoraban la sensación de claustrofobia. Era como si las paredes estuvieran cerrándose sobre él.

Finalmente, la puerta del otro lado del cristal se abrió, y ahí estaba ella. Lola, su hermana, tan distinta a la niña que solía ser. Su cabello rubio estaba recogido en una coleta baja, el maquillaje era mínimo, y la expresión en su rostro era una mezcla de orgullo y amargura. Llevaba el uniforme naranja típico de los reclusos, pero lo que más le llamó la atención fue la frialdad en sus ojos.

Lola se sentó sin decir una palabra, sus ojos perforando a Lincoln desde el otro lado del cristal. El silencio entre ellos era abrumador, cargado de años de resentimiento acumulado.

Lola: (con una sonrisa sarcástica) Bueno, mira quién ha venido a visitarme. El gran Lincoln Loud. ¿A qué debo el honor?

Lincoln cerró los puños bajo la mesa, tratando de contener su frustración. Sabía que esta no iba a ser una charla agradable, pero necesitaba mantener la calma.

Lincoln: (serio) No estoy aquí para juegos, Lola. Sabes por qué vine. Necesito saber dónde está Lori.

Lola levantó una ceja y se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en la mesa. Su sonrisa se ensanchó, pero no había calidez en ella, sólo una malicia que hacía que Lincoln se sintiera incómodo.

Lola: ¿Y por qué crees que yo lo sabría? Hace mucho que no hablo con Lori. Y, además, ¿por qué te importaría? Pensé que ya habías cortado todos los lazos con esta familia.

Lincoln: (apretando los dientes) Esto no es sobre mí, Lola. Lori está descontrolada. Ha herido a Logan y está buscando a los demás. Si no la detengo, va a seguir haciendo daño.

Lola: (con sarcasmo) Oh, ¿y ahora te preocupa la familia? Qué conveniente. ¿Dónde estaba esa preocupación cuando te largaste? Cuando dejaste que todo se fuera al infierno, ¿eh?

Lincoln sintió cómo la rabia empezaba a brotar dentro de él. Pero sabía que reaccionar no serviría de nada. Lola estaba jugando a provocarlo, y él no iba a caer en su trampa.

Lincoln: (frío) No estamos aquí para hablar de mí. Necesito esa información, y sé que la tienes. Tú y Lori siempre estuvieron más unidas de lo que querías admitir.

Ella es mi hija (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora